El sentimiento incómodo
El fuerte maullido de un gato se escuchó en la sala… una y otra vez.
—¡Amanda! —le llamó su madre—. ¿Qué le estás haciendo a Luna? —sin esperar una respuesta, dejó su trabajo en su estudio y salió a investigar—. ¿Por qué Luna aulló así? —preguntó al entrar en la sala.
—Solo la estaba acariciando —aseguró Amanda—. Cuando Luna se volteó para el otro lado, no cambié el movimiento de mi mano, entonces la acaricié del lado contrario en que suele estar su pelo —la niña sonrió—. Se le pararon todos los pelos. Me pareció muy graciosos, pero a Luna no le gustó.
—¡Claro que no le gustó! —opinó mamá—. Debe ser muy incómodo para un gato cuando le acarician el pelo en la dirección contraria. No vuelvas a hacerlo.
Al día siguiente, cuando Amanda regresó a su casa, después de la escuela, no se veía muy contenta.
—¿Cómo te fue? —le preguntó su madre.
Amanda evitó la mirada de su mamá.
—Bien.
—¿En serio? —preguntó la madre—. No parece que te haya ido bien.
Amanda miró a su madre y estalló en llanto.
—¡Oh, mamá! Copié en un examen. Había preguntas muy difíciles y, como me siento en la esquina de atrás, pude sacar mis notas de mi mochila sin que nadie lo notara. ¡Pero ahora me siento terrible!
La madre abrazó a su hija.
—¿Y sabes por qué te sientes así?
Amanda aspiró.
—¿Porque hice algo malo?
Mamá asintió.
—¿Recuerdas cómo a Luna no le gustó para nada cuando acariciaste su pelo del lado contrario? Cuando pecamos, es como si alguien acariciara nuestro pelo del lado equivocado. Esto se debe a que el pecado se va en contra de nuestra identidad como cristianos. Jesús nos hizo libres del pecado, así que es lo opuesto a la forma en que deberíamos vivir como hijos de Dios. Por eso te sientes incómoda y culpable, y no te sentirás bien otra vez hasta que le confieses tu pecado a Jesús. Cuando lo hagas, Él te perdonará.
—Creo que es lo que necesito hacer ahora mismo —dijo Amanda, limpiándose los ojos. La niña suspiró—. También voy a tener que contarle a la señorita Núñez que copié, ¿verdad?
Su madre le dio una respuesta afirmativa.
—Yo la llamaré hoy y mañana podrás ir a hablar con ella.
—Está bien —Amanda sonrió a su madre—. Ya me siento mejor.
DEBORAH S. MARETT
CONFIESA TU PECADO
VERSÍCULO CLAVE: PROVERBIOS 28:13
EL QUE ENCUBRE SUS PECADOS NO PROSPERARÁ, PERO EL QUE LOS CONFIESA Y LOS ABANDONA HALLARÁ MISERICORDIA.
¿Te sientes incómodo por algo que hiciste? Cuando te sientes culpable porque sabes que has hecho algo malo, piensa que es como cuando acaricias el pelo de un gato del lado contrario. El pecado se va en contra de tu identidad como hijo o hija de Dios. Pero no tienes que seguir sintiendo culpa e incomodidad. Confiesa lo que has hecho delante de Jesús y Él te perdonará.
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