El juego de los modales
“Con permiso”, dijo Damián mientras se estiraba, cruzándose por el plato de su hermana, para tomar la sal.
Febe frunció el ceño. “¡Si vuelves a hacer lo mismo, voy a limpiar mi cuchillo en tu camisa!”
“Niños, ¡ya basta! ¡Los dos!”, advirtió su mamá. “Damián, si quieres algo, por favor, pide que alguien te lo pase”.
“Pero es más rápido que yo mismo lo tome”, respondió Damián.
“Puede que sea más rápido, pero no son buenos modales”, señaló la madre, “y los buenos modales son importantes”.
“Es verdad”, afirmó su papá. “Los modales son una forma de mostrar a otros el amor de Dios. Para tener buenos modales, debemos poner a los demás por encima de nosotros mismos. Es muy parecido a la manera en que Jesús quiere que vivamos, ¿verdad?”
Cuando Febe comenzó a dejar la mesa, su padre la detuvo. “Antes de irte, Febe, debes pedir permiso, ¿recuerdas?”
“¡Ya sé!”, exclamó mamá. “Hagamos un juego para ayudarles a recordar”.
“¿Un juego?”, preguntó Damián, sospechoso. “¿Qué clase de juego?”
“Puedo hacer un cuadro en el pizarrón y cada uno recibirá 20 puntos para empezar”, contestó su madre. “Borraremos un punto cada vez que muestren malos modales… como estirarse para tomar la sal y cruzar a la otra persona, o interrumpir al otro mientras esté hablando. Al final de la semana, el ganador recibirá algún premio especial y ahí comenzamos de nuevo”.
Damián refunfuñó. “¡Nunca recordaré todo lo que se supone que debemos hacer y no hacer!”
“Todos te ayudaremos, Damián”, aseguró su padre.
El plan funcionó bien. Al final de la semana, Damián estaba solo unos puntos por detrás de Febe. “Oigan, esto es divertido”, admitió. “La próxima vez te voy a ganar, Febe. Estoy mejorando en esto de recor…”
“¡No, jamás me vas a ganar!”, disparó Febe. “¡Yo…! ¡Oh, no!”, lamentó mientras su mamá borraba un punto de su nombre. “Me olvidé la regla de ‘no interrumpir’”.
Al día siguiente, cuando la familia se sentó para cenar, la madre estaba sonriendo. “Me encontré con la mamá de tu amigo Jaime, Damián”, comentó. “Me contó lo amable que eres y lo bien que te portaste cuando estuviste en su casa hace unos días. Parece que eso le impactó mucho”.
Su papá sonrió. “¿Te das cuenta, Damián? Esa es la razón por la que es importante tener buenos modales. Cuando tratamos a los demás con amabilidad y respeto, les mostramos el amor de Jesús”. – CHARLES VANDER MEER
DEMUESTRA AMOR A TRAVÉS DE BUENOS MODALES
VERSÍCULO CLAVE: TITO 3:2 (TLA)
DEBEN SER AMABLES CON TODOS Y MOSTRAR HUMILDAD EN SU TRATO CON LOS DEMÁS.
¿Tienes buenos modales, tanto en tu hogar como cuando estás con otras personas? A veces puede ser más difícil tener buenos modales en casa que cuando estás en otros lugares, pero Dios quiere que muestres consideración y cortesía a todos, incluyendo a los miembros de tu familia. Sé amable y considerado dondequiera que estés, y deja que tus buenos modales muestren a otros el amor de Jesús.
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