El gato en la ventana
—¿Puedo tener una patineta eléctrica, mamá? —Olivia apuntó a una imagen en la pantalla de su computadora—. Encontré una en Internet que no cuesta tanto.
—Y los zapatos que quiero desde hace rato están en oferta —afirmó Mateo, mientras sostenía en alto su tableta—. ¡Todo el mundo los tiene! Por favor, ¿puedes comprarme un par?
Su madre negó con la cabeza.
—Ambos acaban de recibir un montón de regalos de Navidad la semana pasada.
—¡Pero, mamá! —se quejaron los niños al unísono.
La madre los interrumpió.
—Ahora es mi turno de recibir algo. ¡He esperado desde hace mucho tiempo remplazar el viejo automóvil que estoy conduciendo!
En ese momento escucharon un ruido que venía de la ventana. «Miau», lloriqueó Simón, su gato. Mateo rio.
—Simón está mirando otra vez los pájaros en el patio.
—Ven acá, Simón —le ordenó Olivia—. ¿No sabes que no puedes alcanzarlos por la ventana? Mejor ven a jugar conmigo —la niña tomó uno de los juguetes del gato e hizo que sonara. Simón ni siquiera miró a la niña ni al juguete. La cola del felino se retorcía por la frustración, mientras miraba atentamente a los pájaros que no podía alcanzar. Olivia suspiró—. Simón se está sintiendo miserable porque anhela algo que no puede tener.
Mamá le sonrió con una mirada pensativa.
—Bueno, supongo que no podemos juzgarlo. Todos nosotros estamos haciendo lo mismo.
Olivia y Mateo se miraron mutuamente.
—¿Estamos haciendo lo mismo? —preguntó el niño.
Su madre asintió.
—Todos estamos obsesionados con cosas que queremos e ignoramos lo que ya tenemos.
—¿Te refieres a los regalos que recibimos la semana pasada? —preguntó Olivia.
—Bueno, sí, pero tenemos mucho más que eso —respondió mamá—. Estamos actuando como Simón, que tiene una familia amorosa que le provee todo lo que necesita y quiere pasar más tiempo con él, pero toda su atención está enfocada en esos pájaros. Nosotros tenemos un padre amoroso que provee para todas nuestras necesidades, no solo los alimentos para comer y un lugar para vivir, sino también todas las cosas buenas que vienen a través de Su Hijo, Jesús: esperanza, paz, perdón, vida eterna y una relación con Dios mismo, quien promete que nunca nos dejará. ¿Qué puede ser mejor que eso?
Olivia sonrió.
—Nada es mejor que eso, ¡ni siquiera una patineta electrónica!
—Ni un automóvil nuevo —agregó su madre.
Mateo dejó a un lado su tableta.
—Vamos, Olivia. Vayamos a jugar ese nuevo juego que nos dieron por Navidad.
VIVE CON CONTENTAMIENTO
VERSÍCULO CLAVE: HEBREOS 13:5 (NTV)
NO AMEN EL DINERO; ESTÉN CONTENTOS CON LO QUE TIENEN, PUES DIOS HA DICHO: «NUNCA TE FALLARÉ. JAMÁS TE ABANDONARÉ».
¿Pasas mucho tiempo deseando tener cosas que parecen estar fuera de tu alcance? En lugar de pensar continuamente en lo que no tienes, puedes disfrutar de todas las cosas que Dios te ha dado. Si conoces a Jesús como tu Salvador, Él te ha dado paz, esperanza y vida eterna. El Señor promete que siempre estará contigo y te proveerá todo lo que necesitas. Encuentra tu contentamiento en Él.
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