El examen de matemáticas
Melodía comía de mala gana su desayuno mientras pensaba en el examen de matemáticas que tenía que dar ese día. Había estudiado mucho, pero todavía sentía nervios. Los exámenes siempre le ponían nerviosa.
“¿No tienes hambre esta mañana, hija?”, le preguntó su madre cuando notó el tazón de cereal sin terminar.
“No puedo dejar de pensar en ese horrible examen de matemáticas”, contestó Melodía con un suspiro.
“Pero anoche, cuando estabas estudiando, parecía que ya sabías cómo resolver todos los problemas”, comentó mamá.
“Sí, pero es diferente cuando tú o papá me dan problemas para resolver, que cuando tengo que hacerlos en un examen”, respondió Melodía.
“Si tan solo mamá o papá pudieran ir contigo a la escuela, podrías fingir que ellos te están dando los problemas”, propuso su hermano, Camilo. El niño puso una sonrisa juguetona. “Pero no tengas miedo, ¡yo estaré ahí! Bueno, al menos estaremos en el mismo edificio. Eso es mejor que tener ahí a mamá y papá, ¿no crees?”
“No”, exclamó Melodía. “¡Lo siento!” La niña sonrió cuando Camilo se hizo el ofendido.
Su madre sonrió. “Tu papá y yo no podemos estar ahí, pero no olvides que tienes un Padre celestial que sí estará contigo durante el examen. Él no quiere que te preocupes. Él nos dice que le entreguemos todas nuestras preocupaciones y ansiedades, porque Él cuida siempre de nosotros”.
“Lo sé”. Melodía suspiró. “Pero todavía me pongo nerviosa. Siento que tengo mariposas en el estómago”.
“Cuéntale a Dios cómo te sientes”, sugirió mamá. “Pídele que te recuerde durante todo el día que Él está ahí, a tu lado. Pídele que te dé Su paz, para que puedas pensar con claridad. Y recuerda que Él te ama, sin importar qué calificación saques en el examen. ¿Está bien?”
“Bueno”, indicó Melodía. La niña inclinó su cabeza e hizo una oración en silencio.
“A ver”, señaló su madre cuando la niña terminó de orar. “Ahora que has entregado tus preocupaciones a Dios, ¿qué tal si comes tu desayuno?”
“Está bien. Creo que ahora sí puedo comer”, aseguró Melodía. “Las mariposas de mi estómago ya están más tranquilas”. — DEANA L. ROGERS
ENTRÉGALE TODAS TUS PREOCUPACIONES A DIOS
VERSÍCULO CLAVE: 1 PEDRO 5:7 (NTV)
PONGAN TODAS SUS PREOCUPACIONES Y ANSIEDADES EN LAS MANOS DE DIOS, PORQUE ÉL CUIDA DE USTEDES.
¿Los exámenes, noticieros o enfermedades te hacen sentir mariposas en el estómago? ¿Te preocupas por las cosas que suceden, o que podrían pasar? Recuerda que tu Padre celestial está contigo y quiere que Le entregues tus preocupaciones. Él cuida de ti y también de tus seres queridos. Conversa con Dios sobre las cosas que te inquietan. Y ahora confía en Él; deja que Dios te dé Su paz.
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