El estandarte

—¡Qué buena película! —comentó Braulio mientras apagaba la televisión—. Pero la forma en que la gente peleaba en las guerras en ese tiempo es diferente que ahora.

Cristian asintió.

—Cuando toda esa tropa de caballeros en sus caballos corrió por la colina para atacar, ¡eso hizo que sus enemigos entraran en un caos total!

—Si, pero hay algo que no entiendo. ¿Por qué el rey cabalgaba al frente ondeando una gran bandera? —preguntó Braulio—. Es casi como si estuviera cargando un letrero que dice: «¡Atáquenme!».

—De hecho, era un estandarte, un punto unificador para las tropas del rey —explicó su padre, que había visto la película con los niños—. Ver que su líder estaba con ellos, luchando contra el enemigo, llenaba a todo el ejército de valentía frente al ataque.

—Entonces, en lugar de convertir al rey en un blanco de ataque para el enemigo, ¿ese estandarte era más bien una señal para las tropas que les aseguraba que el rey estaba con ellos? —preguntó Cristian.

—Correcto —afirmó papá—. Esta semana necesité ese tipo de ánimo, ¿y saben dónde lo encontré? En la Biblia.

—¿De veras? —preguntó Cristian.

Su padre asintió.

—Estaba muy abrumado con el trabajo que tenía que hacer esta semana —les contó—. Entonces leí sobre la victoria que Dios le dio a Israel sobre los amalecitas. Después de eso, Moisés construyó un altar para Dios y lo llamó «el Señor es mi estandarte». Entonces, en mi mente, imaginé que Dios me guiaba como un estandarte, dándome el ánimo y la fuerza para lo que tenía que hacer.

—¿Funcionó? —preguntó Braulio—. ¿Dios hizo que las cosas difíciles desaparecieran?

—Las cosas no se volvieron más fáciles —aseguró papá—. Todavía tenía que trabajar por muchas horas, pero Dios me dio la energía que necesitaba —él sonrió—. Cuando me enfoqué en las promesas de Dios, era como si el Señor estuviera ondeando un estandarte, recordándome que estaba conmigo. Recordé que Jesús derrotó el pecado y la muerte en la cruz, para que yo pudiera tener una relación con Él para siempre, y eso significa que nunca tendré que afrontar solo ningún problema. Siempre puedo confiar en que el Señor me ayudará y me dará fuerzas. Dios no hizo que la batalla desapareciera, pero sí prometió estar conmigo en medio de ella.

—Guau —expresó Braulio—. La próxima vez que enfrente algo difícil, como los exámenes o burlas de otros niños, ¡recordaré también que Jesús es mi estandarte!

LORE WOLIF

DIOS ES TU ESTANDARTE

VERSÍCULO CLAVE: ÉXODO 17:15

Y EDIFICÓ MOISÉS UN ALTAR, Y LE PUSO POR NOMBRE EL SEÑOR ES MI ESTANDARTE”.

¿Qué cosas difíciles debes afrontar? ¿Sientes que Dios no está interesado en tus problemas? Pues sí le interesan. Jesús murió y resucitó para que pudieras tener una relación con Él para siempre, una que comienza ahora y se extiende hasta la eternidad. El Señor promete que estará contigo en medio de cualquier situación que afrontes. Confía en que Él te ayudará con las tareas difíciles, te consolará cuando te sientas triste y te mostrará cómo responder a las personas. Dios será un estandarte para ti, tal como lo fue para Moisés.

Clave de Hoy
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