El código chicle
Beto mascaba chicle y puso la bolita en una de sus mejillas, antes de entrar a su casa.
—¡Llegué!
Su padre estaba en la mesa de la cocina.
—¿Cómo te fue en la fiesta de cumpleaños?
—¡Fntstic!
Papá se vía confundido.
—¿Fantástico? —su madre sonrió—. Me alegra.
—Logstó ed cado de cadeds.
—¿Le gustó el carro de carreras que le diste? ¡Qué maravilla! —mamá estiró su mano—. Es hora de botar ese chicle.
—Definitivamente —afirmó su padre—. No sé cómo tu mamá pudo entenderte.
Beto escupió su chicle.
—¡Mamá descifró el código de cuando uno hable con el chicle en la boca hace muchos años!
—Por un momento creí que habías aprendido un código secreto —opinó papá.
—Ya quisiera —indicó Beto—. Papá, ¿sabes algún código secreto?
—Solo sé acerca de algunos códigos —le contó su padre—, como los que usaban en la Segunda Guerra Mundial —papá tomó su libro de historia—. En mayo de 1941, los buques de guerra británicos trataban de detener a los submarinos enemigos con cargas de profundidad, que básicamente eran barriles grandes llenos de explosivos. Un submarino tuvo daños graves y tuvo que salir a la superficie. Un barco llamado Bulldog se ubicó al lado del submarino alemán y capturaron a treinta y dos hombres. Encontraron libros de códigos y una máquina para hacer esos códigos secretos, llamada Enigma.
—Guau —expresó Beto—. ¿Cómo funcionaba la máquina?
—Los comandantes del submarino enviaban y recibían mensajes secretos a través de esa máquina, en los que decían dónde se escondían y qué lugares iban a atacar —aseguró papá—. Cuando los británicos capturaron la máquina Enigma, pudieron descifrar el código del enemigo y entendieron sus secretos. Eso fue de gran ayuda para que los aliados ganaran la guerra.
La historia que contó su padre hizo que Beto pensara en algo totalmente diferente.
—A veces leer mi Biblia se siente como una batalla —comentó el niño—. Es como si algunas partes estuvieran escritas en un código que no entiendo.
—Tu mamá y yo te podemos ayudar con eso —señaló papá—. Pero hay algunas partes que Dios no nos explicará completamente hasta que veamos a Jesús cara a cara, y eso está bien. Lo importante que debemos saber es que la Biblia nos dice quién es Dios y cómo podemos tener vida eterna con Él al confiar en Su Hijo, Jesús —el padre sonrió—. ¡Y ese no es ningún secreto!
MATT SHOEMAKER
LA BIBLIA REVELA A JESÚS
VERSÍCULO CLAVE: DEUTERONOMIO 29:29
LAS COSAS SECRETAS PERTENECEN AL SEÑOR NUESTRO DIOS, PERO LAS COSAS REVELADAS NOS PERTENECEN A NOSOTROS Y A NUESTROS HIJOS PARA SIEMPRE.
¿Alguna vez has sentido que estás tratando de descifrar un código secreto cuando lees la Biblia? Hay partes de la Palabra de Dios que pueden ser difíciles de entender, pero el mensaje completo es sencillo: Dios es santo y bueno, y necesitamos que Su Hijo, Jesús, nos salve del pecado y nos dé vida eterna. La Biblia es el mayor libro que ha sido escrito porque es la Palabra de Dios, y Él nos ayuda a entender todo lo que necesitamos saber.
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