El camino desnivelado
Miqueas observó la montaña de ladrillos que su padre iba a utilizar para construir un camino desde la puerta de la casa hasta el garaje. “Mamá, ya que mañana es el cumpleaños de papá, ¿puedo sorprenderlo construyendo el camino de ladrillos antes que él llegue a la casa?”, preguntó el niño con emoción.
Su madre sonrió. “Puedes tratar de poner los ladrillos en su lugar, si lo deseas, pero ese es un trabajo muy fuerte. Estoy seguro de que tu padre va a tener que ayudarte”.
Miqueas salió corriendo y cuidadosamente ubicó los ladrillos en el piso, uno junto al otro. Luego inspeccionó su trabajo. “Si alguien usa este camino, se va a tropezar”, pensó. “Está todo irregular y chueco, pero no sé cómo arreglarlo”.
“Buen intento”, comentó papá cuando llegó a casa en la tarde.
“Los ladrillos no se quedan planos. ¿Por qué?”
“Es porque el suelo debajo del camino no está nivelado”, explicó su padre. “Primero tenemos que arreglarlo”.
Ambos recogieron los ladrillos y los volvieron a apilar. Entonces papá le enseñó a Miqueas cómo excavar la tierra por donde tenía que ir el sendero y cómo aplanarlo con una tabla hasta que estuviera nivelado. Finalmente, remplazaron cuidadosamente los ladrillos.
“¡Eso se ve mucho mejor!”, expresó Miqueas cuando terminaron. “Todos los ladrillos se ven bonitos y parejos”. El niño sonrió a su papá. “En la iglesia aprendí un versículo sobre esto”.
“¿Sí?” El padre levantó una ceja.
“Sí. Proverbios 4:26 dice que debemos enderezar nuestros pasos y allanar nuestro camino, como lo que acabamos de hacer con esos ladrillos”.
“Así es”, afirmó papá, “pero debes saber que ese versículo no está hablando de un camino físico, ¿verdad? Dice que debemos tener un camino nivelado espiritualmente”.
“Sí, lo sé”, respondió Miqueas. “Nuestro maestro dijo que necesitamos que Jesús nos enderece un camino espiritual, así como yo necesité tu ayuda con este sendero”.
“Correcto”, señaló papá. “Cuando conocemos a Jesús, el Espíritu Santo endereza nuestro camino y nos guía en las situaciones difíciles. Sus sendas siempre nos llevarán en la dirección correcta. Pero si nos desviamos y seguimos nuestros propios deseos pecaminosos, tropezaremos y nos haremos daño. Por esa razón debemos vigilar a dónde vamos espiritualmente y seguir el sendero de Dios para nuestras vidas”. — LINDA HENTSCHEL
SIGUE LA SENDA DE DIOS PARA TU VIDA
VERSÍCULO CLAVE: PROVERBIOS 4:26 (NVI)
ENDEREZA LAS SENDAS POR DONDE ANDAS; ALLANA TODOS TUS CAMINOS.
¿Qué clase de senda estás siguiendo? ¿Caminas por el camino derecho y nivelado de Dios? ¿O vas detrás de tus propios deseos en cualquier dirección? Desviarte de las sendas de Dios solo te hará tropezar y hacerte daño. Si nunca has estado antes en el sendero de Dios o si te has descarriado, puedes andar por ese camino nivelado hoy mismo. Confía en que Jesús allanará tus caminos mientras Lo sigues y obedeces. (Haz clic aquí para que conozcas las Buenas Nuevas que Dios tiene para ti).
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