El cable conectado

—Mamá, la luz de mi acuario se dañó —Natalia dio unos golpecitos en su pecera—. Supongo que mi nuevo pececito se quedará en la oscuridad.

La madre dejó su café encima del mesón.

—Pero esa pecera es nueva. No puede estar dañada.

—No se enciende —Natalia apretó el interruptor de la luz en el cable del acuario.

—Déjame ver —mamá revisó bajo el acuario—. Está conectado a la pared.

—Quizá se quemó el foco —la niña se encogió de hombros.

La madre negó con la cabeza.

—Es una luz LED. Se supone que debe durar mucho tiempo. ¿Cuándo fue la última vez que funcionó?

—Anoche —Natalia revisó nuevamente el interruptor en el cable—. ¿Ves? No funciona.

—Espera un minuto —mamá sonrió—. El cable está conectado a la pared, pero ¿está conectado al acuario?

—Eh… ¡no! —Natalia se dio cuenta de que al cable se había desconectado de la luz—. Debe haberse aflojado cuando le di su cena a Centella.

—Conéctalo e intenta de nuevo —sugirió su madre.

La luz se encendió y Centella se puso a nadar a toda velocidad por la pecera, con la esperanza de ser alimentado.

—¡Eso era todo! —Natalia rio—. No estaba conectado.

—¿Sabes? Las personas también deben estar conectadas.

—¿A qué te refieres, mamá?

—Una vida sin Jesús es una vida que pasa en la oscuridad. Pero cuando acudimos a Él para pedirle el perdón de nuestros pecados y confiamos en Él como nuestro Salvador, es como si se encendiera una luz en nuestra mente y en nuestro corazón. Finalmente conocemos quién es Dios y nos conectamos con Él.

—¿Así como encender el interruptor de una luz?

—Correcto, hija. Pero debemos estar conectadas o nos quedaremos en la oscuridad.

—¿Cómo?

—Cuando confiamos en Jesús, Él nos da el Espíritu Santo, que vive en nosotros como la prueba de que le pertenecemos a Dios. Él nos conecta con Jesús y hace brillar Su luz en nuestras vidas —mamá puso su mano en el hombro de Natalia—. ¿Te gustaría poner tu confianza en Jesús, hija? Puedo orar contigo, si deseas.

Natalia asintió después de ver cómo Centella nadaba en su pecera.

—Claro que sí, mamá. No quiero vivir en la oscuridad.

CHANDA GRIESE

PERMANECE CONECTADO CON JESÚS

VERSÍCULO CLAVE: JUAN 8:12

JESÚS LES HABLÓ OTRA VEZ, DICIENDO: «YO SOY LA LUZ DEL MUNDO; EL QUE ME SIGUE NO ANDARÁ EN TINIEBLAS, SINO QUE TENDRÁ LA LUZ DE LA VIDA».

¿Has confiado en Jesús para que perdone tus pecados y te dé Su luz? Si no estamos conectados con Jesús, vivimos en la oscuridad. Cuando confiamos en Él como nuestro Salvador, el Espíritu Santo trae luz para que podamos ver quién es Dios y nos conecta con Él. El Espíritu nos ayuda a caminar en la luz de Jesús al guiarnos en la verdad de Dios, y nos ayuda a demostrar Su amor a los demás. ¿Tienes la luz de Jesús en tu vida? Si todavía no la tienes, por tu confianza en Jesús hoy mismo. (Haz clic aquí para que conozcas las Buenas Nuevas que Dios tiene para ti).

Clave de Hoy
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