El abuelo se olvida (Parte 1)

—¡Hola, abuelo! —exclamó Maite mientras caminaba hacia la fila para pagar—. ¿La abuela también está aquí?

La niña había ido al supermercado con su papá, que tenía que comprar una mezcla para hacer pastel y helado para celebrar su octavo cumpleaños al día siguiente. «¿Qué le pasa a mi abuelo?», se preguntaba Maite. «Me está mirando como si no me conociera». Ella había notado que el abuelo estaba actuando de manera extraña últimamente. Maite se acordó de que recientemente le habían hecho unos exámenes médicos y su madre le contó que le diagnosticaron la enfermedad de Alzheimer. Ella sabía que eso hacía que su abuelo olvidara muchas cosas, ¡pero nunca esperó que se olvidara de ella!

En ese momento apareció su abuela.

—Roberto, te dije que me esperes junto a las revistas —lo regaño con delicadeza. Al ver a Maite, la abrazó rápidamente—. ¿Estás lista para tu fiesta de cumpleaños? —preguntó.

—¿Fiesta? —preguntó el abuelo—. ¿De quién es el cumpleaños?

—De Maite. Hablamos de eso en el desayuno —dijo la abuela con paciencia—. ¿No lo recuerdas? —ella lo tomó del brazo—. Vayamos a comprar un regalo de cumpleaños para esta jovencita, ¿bueno? —sus ojos brillaron mientras sonreía a su nieta.

Esa noche, cuando su madre le dio el beso de buenas noches, Maite le contó sobre el extraño comportamiento de su abuelo. Mamá suspiró.

—Tu abuelo no está bien. La enfermedad que tiene hace que se olvide de nombres, fechas, lugares… y a veces también de las personas que ama.

Maite sintió un nudo en la garganta.

—Pero mi abuelito y yo somos amigos. Él mismo lo dijo… y se supone que los amigos no se olvidan unos a otros.

—Lo sé, hijita —le consoló su madre, dándole un abrazo—. Pero los amigos sí se olvidan a veces… especialmente si tienes una enfermedad como esa.

—Pero creí que siempre podría contar con mi abuelo —exclamó Maite con los ojos llenos de lágrimas.

—Es normal que te sientas triste porque el abuelo está enfermo y su mente ya no funciona como antes, pero recuerda que él no puede controlar lo que recuerda —explicó mamá—. Dale gracias a Dios por los buenos momentos que pasaron juntos y recuerda que Jesús siempre estará aquí, tanto para ti como para el abuelo. Jesús es un amigo más cercano que un abuelo y nunca, nunca nos olvidará.

Cuando Maite se acurrucó en su cama, le dio gracias a Jesús porque nunca la dejaría. Y también oró por su abuelo y le pidió a Dios que le ayudara a recordar que Jesús siempre estaría con él.

CAROL J. BROOKMAN

JESÚS NUNCA TE OLVIDA

VERSÍCULO CLAVE: PROVERBIOS 18:24

HAY AMIGO MÁS UNIDO QUE UN HERMANO.

¿Te sientes triste porque alguien parece haberte olvidado? Quizá uno de tus amigos se mudó lejos o uno de tus abuelos ya no te recuerda. Detente por un momento y dale gracias a Dios porque Él nunca se olvida de sus hijos. Jesús es ese amigo en el que siempre podemos confiar. Habla con el Señor sobre la persona que echas de menos y pídele que le ayude a recordar que Él siempre estará también con esa persona.

Clave de Hoy
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