Dios siempre responde
Jacinto suspiró al terminar de orar; se sentía desanimado y se preguntaba si sus oraciones servían de algo. Al salir de su habitación, el aroma a tostada llenó su nariz y el niño bajó corriendo las gradas.
“¡A desayunar!”, gritó su madre.
Jacinto se sentó y empezó a orar, pero luego se detuvo. Después de su última oración, ya no tenía ganas de volver a orar. En vez de eso, tomó un poco de comida con su tenedor.
“¿Qué pasó?”, preguntó mamá.
Jacinto dudó un momento y después levantó la mirada. “Dios no quiere responder mis oraciones”.
De repente oyeron el ruido del motor del autobús de la escuela afuera de su casa. Jacinto tomó su mochila mientras su madre le daba un beso, antes de susurrar: “Sí, Él te escucha”.
En lo único que Jacinto pudo pensar todo el día fue en las oraciones que Dios no había respondido. Cuando llegó a casa, inmediatamente se dirigió a las gradas.
“Hijo, espera”, le indicó su mamá, deteniéndolo. “Por favor, siéntate”. Ella lo guio a la sala. “Quiero que me pidas cualquier cosa”, señaló.
Jacinto frunció el ceño. “Eh… ¿Puedo ir a mi habitación?”
“No”, respondió mamá con gentileza.
Jacinto miró su mochila. “¿Me ayudas con mis tareas?”
“Sí, por supuesto”. Su madre asintió.
“¿Puedo ir a una fiesta de pijamas el viernes?”, preguntó Jacinto.
“Por ahora, solo quiero que esperes. ¿Está bien?”, contestó mamá.
Jacinto frunció el ceño nuevamente. No estaba seguro de qué se trataba el juego que estaban jugando.
“Me pediste tres cosas, ¿verdad?”, afirmó su madre.
“Sí”, contestó el niño.
“¿Y obtuviste respuestas?”, preguntó mamá.
“Sí”, dijo nuevamente Jacinto.
“Solo que esas respuestas no fueron siempre las que tú esperabas”, declaró la madre.
“No”. Jacinto negó con la cabeza.
“Lo mismo pasa con Dios”, explicó mamá. “Cuando oramos, a veces Dios dice que no, otras veces dice que sí y en ocasiones nos dice que esperemos. Pero Él siempre responde nuestras oraciones. Somos Sus hijos y Él nos ama. ¡Dios envió a Jesús para morir por nosotros y así podamos pasar la eternidad con Él! A pesar de que no siempre obtenemos la respuesta que estamos buscando, podemos confiar en que Él nos escucha y hará lo que es mejor para nosotros”.
Jacinto reflexionó en algunas de sus oraciones anteriores. No había considerado que la respuesta de Dios podría ser un no o que Él le estuviera diciendo que esperase. Se sintió más animado al darse cuenta de que Dios no lo había estado ignorando. Siempre había respondido sus oraciones”. — HOPE DOUGHERTY
DIOS SIEMPRE RESPONDE LAS ORACIONES
VERSÍCULO CLAVE: 1 JUAN 5:14
ESTA ES LA CONFIANZA QUE TENEMOS DELANTE DE ÉL, QUE SI PEDIMOS CUALQUIER COSA CONFORME A SU VOLUNTAD, ÉL NOS OYE.
¿Te ha parecido alguna vez que Dios está en silencio cuando le hablas? ¿Oras y sientes que no te responde? A veces podría parecernos que es así, pero Dios no está en silencio. Puede que no siempre nos gusten Sus respuestas a nuestras oraciones, pero somos importantes para Él y siempre escuchará y responderá. No dejes de orar, porque sabes que Dios nunca dejará tus oraciones sin ser contestadas.
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