Detenidos detrás del camión

“Mamá, ¿por qué estás llorando?”, preguntó Jeremías.  Sus lágrimas le asustaron.  Ella nunca lloraba.

“Lo siento, hijito”, expresó, secándose las lágrimas debajo de sus ojos.  “Es solo que me siento muy desanimada”.  La madre encendió la direccional derecha y esperó una oportunidad en el tráfico.

“¿Es porque no vamos a poder mudarnos hoy?”, preguntó Jeremías.

“Sí”, contestó mamá mientras giraba a la derecha.  “Nos prometieron que el apartamento estaría listo para nosotros.  Pero esos insectos feos que encontramos no son fáciles de exterminar, así que no podemos vivir allí por ahora.  Entonces voy a necesitar tu ayuda para descargar el automóvil cuando lleguemos a la casa”.

“Pero ya no podemos vivir más en esa casa”, indicó Jeremías.  “Tú misma lo dijiste”.

“No por mucho tiempo más, tienes razón”.  Un enorme camión que publicitaba víveres se pasó al carril, frente a ellos y mamá lo siguió.  “Nuestra casera dice que tenemos que mudarnos en una semana.  Tenía la esperanza de que este apartamento funcionaría, pero ahora veo que no será así.  Y esa es la razón por la que estoy desanimada”.

El camión se detuvo y la madre también paró su carro detrás.  Jeremías trató de saber por qué el camión no avanzaba, pero la parte trasera era tan ancha que no podía ver nada. 

“Mamá, ¿por qué se acaba de detener ese camión?”, preguntó mientras se estiraba en la ventana para ver por delante del camión.

“No sé, hijito.  Tal vez por un semáforo en rojo, una señal de alto o un accidente.  No importa.  Si el camión que está frente a mí se detiene, debe tener una buena razón y yo también me detengo.  Pero es difícil no saber, ¿verdad?”

“Oye”, dijo Jeremías.  “Así es como Dios obra.  No sabemos por qué Él nos hace detenernos o nos permite avanzar, y eso es muy difícil.  Pero el que no sepamos lo que Dios hace no significa que no podamos confiar en Él”.

“¡Tienes razón, Jeremías!”, exclamó su madre.  “En este momento de nuestras vidas, parecería que estamos siguiendo un camión.  No sabemos por qué Dios nos detiene en nuestros planes para cambiar de apartamento, pero sí sabemos que Él tiene el control y tiene una buena razón para todo lo que hace.  Solo debemos recordar cuánto nos ama y confiar en que Él nos ayudará en esta situación.  ¡Gracias, hijo!”  —  AMY GLENDINNING

CONFÍA EN QUE DIOS TIENE CONTROL DEL FUTURO

VERSÍCULO CLAVE: SALMO 32:8

[EL SEÑOR DICE:] YO TE HARÉ SABER Y TE ENSEÑARÉ EL CAMINO EN QUE DEBES ANDAR; TE ACONSEJARÉ CON MIS OJOS PUESTOS EN TI.

¿Has sentido que las cosas se salen de control?  ¿Desearías poder ver lo que traerá el mañana?  Aunque te gustaría ver o controlar lo que sucederá, solo Dios conoce y controla el futuro.  Pero debido a que Él es todopoderoso y nos ama tanto que envió a Su Hijo, Jesús para salvarnos, sabemos que podemos confiar en Él pase lo que pase.  Confía en que Dios tiene control del futuro.

Clave de Hoy
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