Demasiado dinero
Los ojos de Ambrosio se abrieron como platos cuando vio el cambio que le entregó la cajera y después miró el billete de diez dólares que ella metía en el cajón de la máquina registradora. El niño rápidamente guardó el dinero en su bolsillo, recogió el dulce que había comprado y se apresuró a salir por la puerta.
«¡Guau!», pensó Ambrosio. «Ella seguramente estaba soñando despierta o algo así. Me dio el cambio de un billete de veinte dólares, y ni siquiera se dio cuenta de que estaba guardando un billete de diez dólares. Ahora tengo suficiente para comprar esa patineta que quiero».
Al día siguiente, cuando el niño entró en su aula, oyó a una de sus compañeras que conversaba con sus amigas:
—No puedo comprar la camiseta del club de drama porque mi papá está sin trabajo —comentó Silvia—. Mi hermana planeaba comprármela, pero ayer en su trabajo, le faltaban diez dólares en la máquina registradora, así que ella tuvo que pagarlos.
Ambrosio sintió como si su corazón se hubiera detenido. Era la hermana de Silvia la que le había dado demasiado dinero. «No es mi culpa», trato de decirse a sí mismo. «Yo no lo tomé. Ella me lo dio». Pero el niño sabía que, al quedarse con un dinero que no le pertenecía, estaba robando, tal como s hubiera entrado a la tienda y lo hubiera sacado de la caja registradora con sus manos.
Al mirar a Silvia, Ambrosio se dio cuenta de que, cada vez que alguien roba algo, otro tendría que pagarlo. «Si me quedo con el dinero, Silvia y su hermana tendrán que pagarlo», pensó. «No es así como debo tratar a otros, como cristiano. Jesús sacrificó Su vida para pagar por mis pecados, y nos dice que amemos a otros como Él nos ama. Eso significa que debo hacer lo correcto».
Ambrosio había planeado pedirle a su madre que lo llevara a la tienda de artículos deportivos después de la escuela, pero en vez de so fue al supermercado y devolvió los diez dólares a la hermana de Silvia. Luego de eso fue a su casa con una sonrisa en vez de una patineta.
BARBARA J. WESTBERG
HAZ LO CORRECTO
VERSÍCULO CLAVE: 2 CORINTIOS 8:21 (NVI)
PORQUE PROCURAMOS HACER LO CORRECTO, NO SOLO DELANTE DEL SEÑOR, SINO TAMBIÉN DELANTE DE LOS DEMÁS.
¿Siempre procuras hacer lo correcto? ¿Incluso cuando no es fácil? No fue fácil para Jesús morir en la cruz por nuestros pecados, pero Él lo hizo porque nos ama. Si conoces a Jesús como tu Salvador, Él te ha dado la capacidad de obedecerlo y demostrar Su amor a otros. Confía en que el Señor te ayudará a hacer lo correcto y a poner a los demás antes que a ti mismo, para que puedan ver que eres honesto y confiable, como Él.
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