Deja los ladrillos
—¡Mamá! ¡Mamá! —gritó Miqueas cuando entró corriendo en la cocina—. ¡Olvidé alistar mis cosas para el fútbol anoche y no quiero llegar tarde a la iglesia!
—Tu mochila del fútbol está lista y te espera junto a la puerta —contestó su madre.
Miqueas abrazó a su mamá.
—¡Eres la mejor, mami!
Entonces tomó su desayuno, su almuerzo y su mochila de fútbol, y corrió a la parada del autobús. Miqueas siempre iba temprano a la parada del autobús porque le preocupaba perderlo. De hecho, parecía que Miqueas siempre estaba preocupado por todo.
El domingo llegó temprano a su clase de escuela dominical porque no quería llegar tarde tampoco. Cuando los demás niños llegaron, el señor Rogelio llevaba una mochila y dijo:
—Vamos a fingir que iremos de caminata en la naturaleza. Tengo varias cosas aquí, en la mesa. Díganme qué debería llevar a mi excursión.
En la mesa, el señor Rogelio tenía una botella de agua, una brújula, banditas, una bolsa de nueces y ladrillos. Los estudiantes comenzaron a gritar los nombres de las cosas que el maestro debía meter en su mochila.
—¿Por qué no quieren que lleve los ladrillos? —preguntó el señor Rogelio.
Todos rieron.
—Porque no los necesita y serían muy pesados de cargar por todos lados —respondió Miqueas.
—Bueno, esto nos lleva a nuestra lección bíblica para hoy —el maestro abrió su Biblia y leyó algunos versículos—. Este pasaje nos dice que no debemos preocuparnos porque Dios ya sabe lo que necesitamos —el señor Rogelio apuntó a los ladrillos—. Imaginemos que esos ladrillos representan nuestras preocupaciones. Ahora piensen en lo pesada que sería llevarlos y cargarlos sin razón. Preocuparse es así. Nos causa estrés, pero no nos ayuda para nada en la situación. Por eso la Biblia nos dice que llevemos nuestras preocupaciones e inquietudes delante de Dios cuando sintamos ansiedad, y que confiemos en que Él se encargará de todo. Jesús puede manejar cualquier cosa que nos preocupe y Él quiere aliviarnos de todas estas cargas. Entonces, mientras caminan en su vida con Jesús, dejen atrás los ladrillos y entréguenle sus preocupaciones a Él.
Durante la oración que hizo el señor Rogelio para terminar, Miqueas oró en silencio por algunas preocupaciones que le pesaban mucho y, cuando salió del aula, se sentía mucho más ligero.
LISA FULLER
ENTREGA TUS PREOCUPACIONES A JESÚS
VERSÍCULO CLAVE: 1 PEDRO 5:7 (NTV)
PONGAN TODAS SUS PREOCUPACIONES Y ANSIEDADES EN LAS MANOS DE DIOS, PORQUE ÉL CUIDA DE USTEDES.
¿Te preocupas todo el tiempo? Preocuparse es como empacar ladrillos para una excursión en la naturaleza: solo hacen peso sin traer ningún beneficio. En lugar de ir cargando tus preocupaciones por todos lados, entrégaselas a Jesús. Él cuida de ti y quiere quitar esas cargas de tus hombros. Si sientes mucha preocupación o ansiedad, conversa también con un adulto sobre eso. Deja ir tus preocupaciones porque sabes que Jesús está contigo y Él sabe exactamente lo que necesitas.
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