Curso de actualización

“¡Tienes un nuevo récord en tu puntaje!”  La pantalla destellaba con brillantes letras rojas.  Marisa suspiró y dejó la tableta a un lado.  Fue a la cocina, donde su mamá estaba cocinando.  “Mamá, estoy cansada de los juegos de mi tableta.  Necesito algo diferente para hacer los fines de semana.  Me gustaría tomar nuevamente clases de teatro”.

“¿No preferirías tomar una clase diferente?”, preguntó la madre.

Marisa negó con la cabeza.  “Esa clase me gustaba y sería como un curso de actualización si lo vuelvo a tomar.  Nuestra maestra tenía tantas ideas que ni siquiera las recuerdo todas.  Además, ¡sería divertido!”

“Supongo que puedes tomar la clase nuevamente si así lo deseas”, contestó mamá.  “Ya vamos a ver, pero hoy no puedo ayudarte.  ¿Qué pasó con tus quehaceres?  ¿Ya los hiciste?”  Marisa hizo un gesto negativo.  “¿Qué pasó con el sitio web con las lecciones bíblicas?”, preguntó la madre.

Marisa se encogió de hombros.  “La lección en la que estoy básicamente es de leer la Biblia y ya he leído esa sección antes.  Ya sé las historias.  No creo que tenga que leerlas otra vez”.

“Bueno, quizá te serviría un curso de actualización también en esto”, señaló mamá.  “Leer la Palabra de Dios nos ayuda a recordar todo lo que Jesús ha hecho por nosotros y cómo debemos vivir, como Sus Hijos.  Con frecuencia, Él nos enseña cosas nuevas a través de historias que ya hemos leído antes”.

Marisa decidió ignorar el comentario de su mamá.  “¿Puedo hornear galletas con chispas de chocolate?”  La madre estuvo de acuerdo, así que Marisa sacó la caja de recetas de su mamá.  “A ver, veamos, galletas de dulce de leche… helado de galleta…”, murmuró mientras hojeaba las recetas.  “Y… eso es todo.  Mamá, la receta que necesito no está aquí”.

“¿No está?”  La madre se encogió de hombros.  “Bueno, ya has hecho antes esas galletas.  De hecho, las has horneado varias veces, ¿verdad?  Solo hazlas de memoria”.

“¡De memoria!” Marisa sacudió su cabeza.  “No me acuerdo tan bien de la receta”.

“¿O sea que no recuerdas las recetas para galletas tan bien como recuerdas toda la Biblia?”, preguntó mamá, levantándose para ayudar a buscar la recta.  “Oh, aquí está.  La puse por error en la sección de pasteles”.

Marisa tomó la tarjeta.  “Está bien, mamá.  Sí entendí lo que me quisiste decir”.  Mientras las galletas estaban en el horno, Marisa fue por su Biblia y se sentó en la computadora.  Tenía mucho trabajo para ponerse al día”. ESTHER  M. BAILEY

LEE Y  VUELVE A LEER LA BIBLIA

VERSÍCULO CLAVE: SALMO 119:105

LÁMPARA ES A MIS PIES TU PALABRA, Y LUZ PARA MI CAMINO.

¿Crees que ya sabes la mayoría de las historias de la Biblia y las lecciones que enseñan?  Cuando llegues a un pasaje conocido, piensa en él como un curso de actualización de parte de Dios y léelo nuevamente.  Pídele que te enseñe algo nuevo… algo que te ayudará a conocer mejor al Señor.  Puede que te sorprendas de la forma en que Dios utiliza historias familiares y versículos para enseñarte algo nuevo.

Clave de Hoy
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