Confiar en la luz
Macarena y Noé terminaron sus tareas de la escuela en la mesa, con su madre. La niña leyó el capítulo de un libro mientras su hermanito menor, Noé, trabajaba en el abecedario. Noé empujó sus tarjetas para alejarlas de él.
—¿Ya terminamos? —le preguntó a su mamá—. ¡Quiero salir a jugar!
Macarena miró por la ventana. Las nubes habían oscurecido el cielo de la media tarde. Las hojas caían de los árboles con piruetas en el aire, llevadas por el viento.
—No creo que deberíamos jugar afuera hoy.
—Sí, parece que está muy ventoso —afirmó su mamá.
Las luces se atenuaron y después se apagaron. La oscuridad rodeó a Macarena, Noé y a su madre.
—No se preocupen —indicó mamá—. Solo es el viento. Pronto volverá la luz.
Macarena respiró profundamente. Quería ser valiente. Era la hermana mayor, pero no le gustaba la forma en que la oscuridad la rodeaba. Su madre sacó una linterna de un armario y suspiró.
—Se acabaron las pilas.
—¿No tenemos más? —preguntó Macarena, con la voz temblorosa.
—Creo que no.
Noé debió haber notado el miedo en la voz de su hermana, así que tomó su mano.
—Todo estará bien. Jesús es la luz.
Macarena miró a su alrededor. Además de la poca luz que venía de afuera, no se veía ninguna otra luz.
—¿A qué te refieres?
—Es lo que dijo mi maestra de escuela dominical —Noé sonrió—. Jesús es nuestra luz. Podemos confiar en Él.
La madre rodeó a sus hijos con los brazos.
—Gracias por ese recordatorio, Noé. No podemos ver a Dios, pero Él está aquí. Y podemos confiar en que Él nos guiará, tal como la linterna nos guiaría en esta casa tan oscura, si tuviera baterías.
Macarena cerró los ojos. Pensó en las cosas oscuras que Jesús vivió porque los amaba. Pensó en Su promesa de estar con ellos. Después hizo una oración en su corazón. «Jesús, ¿puedes ser mi luz, aun en las tinieblas?».
La niña abrió sus ojos. La luz no había regresado, no enseguida. Ninguna luz alumbró en las tinieblas.
Pero sintió que su mamá y Noé estaban cerca. Y sintió que Dios también estaba cerca.
—Tienes razón, Noé —afirmó Macarena—. Jesús es mi luz y confío en Él.
BECCA WIERWILLE
CONFÍA EN QUE DIOS ES TU LUZ
VERSÍCULO CLAVE: 1 JUAN 1:5
Y ESTE ES EL MENSAJE QUE HEMOS OÍDO DE ÉL Y QUE LES ANUNCIAMOS: DIOS ES LUZ, Y EN ÉL NO HAY NINGUNA TINIEBLA.
¿Alguna vez has sentido que estás rodeado de oscuridad? A lo mejor te pones nervioso cuando las luces se apagan. O quizá estén pasando cosas en tu vida que se sienten oscuras y aterradoras. Pase lo que pase, podemos confiar en que Jesús es nuestra luz. Podemos confiar en que Él estará con nosotros para consolarnos y amarnos, incluso cuando pasemos por momentos de tinieblas.
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