Comunicación de una sola vía

Liliana dejó salir un suspiro mientras cerraba la puerta de la habitación de su hermanita de cuatro años.

—¡Qué alivio! Fui a darle las buenas noches a Emma mientras mamá la alistaba para ir a la cama, ¡pero a duras penas me pude despedir! Emma habla sin parar.

Milo, el hermano de Liliana, rio.

—Cada vez que hablo con ella, siento que lo único que puedo decir es «oh» y «ajá» de vez en cuando. ¿Te preguntó sobre tu excursión al huerto de calabazas de hoy?

—Sí, pero antes que yo le pueda responder comenzó a hablar de algo más, y nunca tuve la oportunidad de decirle que le traje una calabaza —Liliana rio—. En nuestra clase de ciencias sociales, tuvimos una lección sobre la comunicación, ¡y la señora Bucheli enfatizó que la comunicación es algo de doble vía! Debe ser que Emma todavía no lo ha descubierto, porque solo habla y habla.

—Aprenderá cuando sea mayor —aseguró papá—. A pesar de que cre que todos somos así a veces.

Milo y Liliana negaron con la cabeza.

—Yo no —dijeron los dos niños al mismo tiempo.

—¿Qué me dicen de la forma en que nos comunicamos con Dios? —preguntó su padre—. ¿Acaso no pasamos más tiempo, por no decir todo el tiempo que estamos con Dios, contándole lo que pasa en nuestras vidas, entregándole todos nuestros problemas y pidiéndole las cosas que necesitamos o queremos?

—Pero eso es la oración —opinó Liliana—. Es hablar con Dios.

—Sí, y pasar tiempo en oración es importante, pero también debemos pasar tiempo en silencio para escuchar lo que nos dice. Por ejemplo, si le preguntaste al Señor qué debes hacer sobre un problema que estás afrontando, ¿no deberías detenerte y escuchar Su respuesta?

—Pero Dios no habla de verdad, ¿o sí? —preguntó Milo—. O sea, no oímos una voz ni nada de eso.

—Dios no habla con una voz como la mía, pero Sí nos habla a través de la Biblia, y Jesús nos ha dado el Espíritu Santo para ayudarnos a oír Su voz y entender lo que dice la Biblia. Cuando la leemos y meditamos en ella, con frecuencia Él graba en nuestros corazones y nuestras mentes las promesas que se encuentran en Su Palabra y los principios que quiere que sigamos. Del mismo modo que nuestras conversaciones con los demás no pueden ser de una sola vía, el tiempo que pasamos con Dios debería incluir un momento para escuchar lo que Él nos quiere decir.

TANYA FERDINANDUSZ

ESCUCHA A DIOS

VERSÍCULO CLAVE: SALMO 46:10

ESTÉN QUIETOS, Y SEPAN QUE YO SOY DIOS.

¿Pasas la mayor parte de tu tiempo con Dios derramando todos tus problemas y preocupaciones? A Dios le importa todo lo que está pasando en tu vida y quiere que le traigas tus necesidades e inquietudes en oración. Pero el Señor también quiere hablarte a través de la Biblia. Él tiene cosas para decirte, y no las escucharás si no te detienes a escuchar lo que Dios tiene que decirte. Así que sigue hablando con el Señor, pero también dedica un tiempo para reflexionar en silencio en la verdad de Su Palabra.

Clave de Hoy
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