Como Jesús

Armando suspiró mientras miraba por la ventana. Había planeado pasar el día pescando con su abuelo, pero estaba lloviendo.

—Este es el día más aburrido de mi vida —refunfuñó.

—Oh, siempre te estás quejando —le dijo su hermana—. Lee un libro o algo.

De pronto se oyó el sonido de la voz de un hombre desde la cocina, donde su madre estaba escuchando un podcast de uno de sus predicadores favoritos:

—Cuando Jesús venga, seremos como Él, porque lo veremos tal como es —decía el hombre.

Los pensamientos de Armando se quedaron con la última frase: «Lo veremos tal como es». «Me pregunto cómo se veía Jesús», pensó. «¿Cuánto medía cuando vivía en la tierra? ¿Realmente tenía el cabello largo como los dibujos de los libros? Quisiera que alguno de los que lo conocieron hubiera escrito una descripción. Probablemente sonreía mucho y tal vez sus ojos brillaban como los de mi abuelo».

—Hijo, —le llamó su madre desde la cocina—. Tu abuelito quiere hablar contigo.

Cuando oyó la voz de su abuelo en el teléfono, Armando sabía que estaba su sonriendo. Él estaba a muchos de kilómetros de distancia, pero era fácil imaginar cómo se veía, y al niño le gustaba cómo todos decían que él les hacía acuerdo de su abuelo.

—Hola, chiquillo —saludó el anciano—. ¿Qué te parece el clima?

—Está lloviendo —contestó Armando con un puchero.

—Sí, pero tengo una idea. Necesito ayuda en mi taller. ¿Estás disponible?

—¡Estoy listo ahora mismo! —exclamó Armando.

Cuando el niño le devolvió el celular a su mamá, la voz en la cocina llamó su atención otra vez:

—Nuestra esperanza está en la gloriosa manifestación de Jesucristo. No solo lo veremos, sino que seremos como Él. Hasta ese día, el Espíritu Santo está trabajando para que los demás puedan ver a Jesús en nosotros ahora. Mientras el Espíritu moldea nuestros corazones, podemos reflejar el amor de Jesús en nuestros pensamientos y acciones, mientras esperamos con ansias el día en que finalmente seremos como Él.

Armando sonrió para sí mismo. «Me gusta cuando la gente dice que les recuerdo a mi abuelo, porque él es un hombre tan amigable y amoroso. Así mismo quiero que la gente piense en Jesús cuando estén conmigo. Y será todavía mejor cuando esté con Jesús, porque entonces seré perfecto como Él».

El niño dibujó una sonrisa al imaginar lo que su hermana diría sobre la idea de que él fuera perfecto.

PHYLLIS I. KLOMPARENS

ESPERA CON ANSIAS EL DÍA EN QUE SERÁS COMO JESÚS

VERSÍCULO CLAVE: 1 JUAN 3:2 (NVI)

SABEMOS… QUE CUANDO CRISTO VENGA SEREMOS SEMEJANTES A ÉL, PORQUE LO VEREMOS TAL COMO ÉL ES.

¿Quisieras ver a Jesús o saber cómo era su apariencia? Si lo conoces como tu Salvador, algún día lo verás. No solo eso, ¡sino que también serás como Él! Tendrás un cuerpo nuevo que nunca se enfermará ni morirá. Y nunca más volverás a pecar. Serás perfecto. ¡Eso es definitivamente algo que podemos esperar con ansias! Hasta que llegue ese día, confía en que Dios te ayudará a mostrar a los demás cómo es Jesús, a través de tus palabras y acciones.

Clave de Hoy
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