Como el camaleón
“Oye, Braulio”, le llamó el señor Domínguez desde su jardín mientras el niño pasaba frente a la casa de su vecino. “¿Tienes algún problema? No te ves muy contento”.
Braulio se acercó a conversar con él. “Todos mis amigos están enojados conmigo”, le contó con tristeza. “Algunos de mis amigos de la escuela les costaron a unos chicos de la iglesia que yo hablé mal de ellos”.
“¿Y lo hiciste?”, preguntó el señor Domínguez.
“Bueno, los niños de la escuela siempre están diciendo chismes y hablando mal de la gente, así que empecé a hacer lo mismo”, admitió Braulio. Entonces hizo una pausa y se limpió una lágrima con su mano. “Me sentía raro por no ser como los otros niños, así que conté algunas historias sobre los chicos de la iglesia. La cosa es que ni siquiera me gustó… me sentí horrible porque son mis amigos y sabía que estaba mal, pero ahora dicen que tengo doble cara y ya nadie me quiere”.
El señor Domínguez suspiró. “Braulio, me recuerdas a un camaleón, una lagartija que se cambia de colores. Cuando está parado en la corteza de un árbol, se vuelve marrón. Cuando está en una hoja, se hace verde. Ahora, Dios creó así a los camaleones para protegerse de los depredadores, pero Él no desea que los cristianos sean así. Dios quiere que mostremos nuestro verdadero color cristiano todo el tiempo”.
“Pero es tan difícil ser diferente a los demás”, confesó Braulio.
“Bueno, Jesús nunca dijo que sería fácil seguirle. La Biblia nos dice que ser cristianos con frecuencia implica que las otras personas se burlarán de nosotros o nos tratarán mal por amar a Jesús y obedecerle. Esa es la razón por la que tenemos que depender de Él para que nos dé la fuerza para mostrar nuestro verdadero color, en vez de tratar de encajar. Cuando te rehúsas a unirte al chisme de tus amigos de la escuela, estás mostrándoles quién eres en Jesús y cómo Él quiere que ames a los demás”.
Braulio suspiró. “Supongo que tengo que pedir perdón tanto a mis amigos de la escuela como a los de la iglesia, ¿cierto?”
“Me parece que ese sería un buen comienzo”, comentó el señor Domínguez. “Y también pídele perdón a Jesús. Él te perdonará y te ayudará a mostrar tu color verdadero para que los demás sepan que le perteneces a Él”. – BARBARA J. WESTBERG
MUESTRA SIEMPRE TU COLOR VERDADERO EN JESÚS
VERSÍCULO CLAVE: ROMANOS 6:13 (NVI)
NO OFREZCAN LOS MIEMBROS DE SU CUERPO AL PECADO…; AL CONTRARIO, OFRÉZCANSE MÁS BIEN A DIOS COMO QUIENES HAN VUELTO DE LA MUERTE A LA VIDA.
¿Eres como el camaleón, tratando de encajar con los que te rodean? Dependiendo de con quién estés, ¿haces a veces bromas crueles y te burlas de la gente, mientras que otras veces actúas bondadosamente y con amor? Como cristiano, Jesús quiere que muestres Su amor a los demás todo el tiempo, no solo cuando sea conveniente. Confía en que Él te ayudará a hacer que sobresalga tu color verdadero.
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