Cicatrices

“Mamá”, dijo Nicolás, vacilante, “¿alguna vez…?  Ah…  ¿Alguna vez has pensado en hacerte la cirugía plástica para arreglar todas las cicatrices de tu cara?”  Desde que Nicolás podía recordar, la cara y las manos de su madre estaban llenas de feas cicatrices rojas.  Él estaba acostumbrado y casi no las notaba, pero algunos niños de su clase le preguntaron por qué era así y hacían bromas por la apariencia de su mamá.

La madre acarició su propia cara.  “Me hice cirugía plástica hace años”, explicó.  “Quizá los médicos podrían hacer un mejor trabajo ahora, pero sería demasiado costoso”.

“Yo sé que tienes esas cicatrices por un incendio”, reconoció Nicolás.  “Me acuerdo de que escuché algo así hace tiempo, pero no recuerdo qué fue lo que pasó.  ¿No pudiste salir?  Nunca hablas de eso”.

La mamá dudó.  “Cuando eras un bebé chiquito, nuestra casa se incendió”, contó la madre.  “Tú estabas en tu cuna y toda esa área estaba en llamas.  Yo corrí, te cargué y te envolví en frazadas.  Estoy tan agradecida porque pude cubrirte mientras corría afuera de la casa.  Ambos estábamos bien, pero, como puedes ver, mis manos y mi cara sufrieron graves quemaduras”.

Los ojos de Nicolás se llenaron de lágrimas.  “Oh, mamá”, exclamó, “¿te hiciste esas cicatrices por tratar de salvarme a mí?  ¡Yo no sabía!  ¡Saber que me amas tanto me hace amarte más que nunca!”

La madre abrazó a Nicolás y lo apretó con fuerza.  “También te amo”, expresó.  “Y quizá mis cicatrices pueden ayudarte a entender cuánto Jesús te ama.  Todos somos pecadores sin remedio, somos tan incapaces como los bebés y no podemos salvarnos a nosotros mismos, pero Jesús vino a rescatarnos.  Él sufrió y murió en una cruz para pagar el precio de nuestros pecados.  Su cuerpo quedó con una cicatriz en el lugar en que la lanza atravesó su costado y donde los clavos perforaron sus manos y sus pies.  Él pasó por todo eso para que podamos ser salvos y tengamos vida eterna con Él.  Jesús llevará esas cicatrices para siempre”.

“¡Guau!”, susurró Nicolás.  “Jesús realmente nos ama y Sus cicatrices nos muestran cuánto!” HARRY C. TROVER

JESÚS MURIÓ POR TUS PECADOS

VERSÍCULO CLAVE: 1 JUAN 4:19

NOSOTROS AMAMOS PORQUE EL NOS AMÓ PRIMERO. 

¿Sabías que Jesús sufrió y murió por ti?  Él murió en la cruz para que todos pudieran tener perdón por sus pecados.  Eso significa que Él murió para salvarte porque te ama.  ¿Has puesto tu confianza en Él como tu Salvador?  ¡No esperes más!  Confía en Él hoy mismo y luego dale las gracias por Su gran sacrificio.  (Lee más sobre las Buenas Nuevas aquí).

Clave de Hoy
0 replies

Leave a Reply

Want to join the discussion?
Feel free to contribute!

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *