Ayuda inmediata
Ana se sentía un poco nerviosa porque iba a cuidar a los hijos de una amiga de la familia. Tocó el timbre y la señora Reyes la saludó con una sorpresa.
—¿Lista para trabajar? —preguntó, y Ana asintió—. Muy bien —la señora Reyes la hizo entrar en la casa y le mostró una lista de números de teléfono de emergencia que estaba en una mesa, junto a la puerta—. Si necesitas alguna cosa, la ayuda está a una llamada de distancia.
Después que la señora Reyes se fue, Ana jugó varios juegos con los dos niños que estaban a su cuidado.
—Su mamá dijo que podrían comer pan tostado con mermelada como bocadillo de la tarde —indicó Ana después de un rato—. ¿Qué les parece si eligen otro juego mientras les traigo su comida?
Ella fue a la cocina y preparó una rebanada de pan tostado para cada uno de los niños y los llevó a la sala. Cuando empezaron a comer, todos se asustaron por el fuerte zumbido de la alarma de incendios. «Oh, ¿qué rayos hice?», pensó Ana en pánico, pero se puso de pie de un brinco. «Señor, porque, muéstrame qué hacer». Enseguida supo que tenía que sacar a los niños de la casa.
Mientras se apresuraban a salir por la puerta, Ana notó la lista de números de emergencia y la tomó. Cuando estuvieron a salvo afuera de la casa, ella sacó su teléfono celular y llamó al número del departamento de bomberos.
Una motobomba volteó la esquina en pocos minutos, con las sirenas encendidas. Los vecinos salieron a ver mientras los bomberos entraban corriendo a la casa de los Reyes. Unos minutos después, salieron con una sonrisa.
—Todo está bien —le dijeron—. El humo causado por un pedazo de pan que se quedó atorado en la tostadora activó la alarma.
Ana sintió mucho alivio, pero también se sentía avergonzada porque había llamado a los bomberos solo por un pan quemado.
—Hiciste lo correcto —le aseguraron los bomberos a Ana—. Nunca hay que arriesgarse cuando podría haber un incendio.
Cuando Ana llegó a su casa, le contó a su familia sobre su aventura.
—¿Saben una cosa? —comentó—. Después de llamar a los bomberos, pasaron unos minutos hasta que llegaran. Pero cuando le pedí a Dios que me mostrara qué hacer, me ayudó enseguida a recordar que es importante salir rápidamente si hay un incendio —la niña sonrió—. La señora Reyes me dijo que la ayuda estaba a una llamada de distancia y tenía razón. Puedo llamar al Señor para pedirle ayuda en cualquier momento.
HAZEL W. MARETT
DIOS SIEMPRE ESTÁ DISPONIBLE
VERSÍCULO CLAVE: HECHOS 17:27
DIOS… NO ESTÁ LEJOS DE NINGUNO DE NOSOTROS.
¿No te parece asombroso que el Dios Todopoderoso que creó todas las cosas está aquí, listo para ayudarte en todo momento? Él quiere que Lo llames cuando te preocupe saber cuál es la mejor manera de manejar todo tipo de situaciones. Habla con el Señor sobre cualquier cosa que te inquiete. Él siempre está listo para escuchar. Dios oye todas las oraciones y te ayudará en cualquier situación.
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