Regalo de sangre

 “Hemos hecho esta operación muchas veces y es un procedimiento de rutina”, aseguró el papá de Evita a sus padres.  “Es probable que necesites una transfusión de sangre, Evita, y tienes un tipo raro de sangre.  La buena noticia es que tu padre tiene el mismo tipo de sangre que tú.  Tendremos un poco de su sangre a la mano, en caso de que la necesites”.  El padre de Evita asintió y apretó la mano de su hija.

Todo salió bien durante la cirugía de Evita, y sí necesitó un poco de la sangre que su padre había donado.  “¡Estás recuperándote maravillosamente!”, afirmó el doctor Intriago cuando llegó para examinar a Evita al día siguiente.  “Vas a quedar como nueva”.

“Mejor que nueva”, dijo papá con un guiño, después que saliera el doctor Intriago.  “Después de todo, ahora corre por tus venas un poco de mi sangre”.

Evita sonrió con la broma de su padre.  “Gracias, papi”.

El papá le devolvió la sonrisa.  “¡Con mucho gusto!  ¿Sabes?  Esto me hizo pensar en lo que hablamos en la iglesia hace unas semanas, ¿recuerdas?  No entendías a qué se refería el pastor cuando dijo que la sangre de Jesús fue derramada para salvar al mundo.  Bueno, es algo similar a esto”.

“¿Sí?”, preguntó Evita.  “¿Cómo?”

“Bueno, yo entregué un poco de mi sangre por ti y, de cierta manera, eso te dio nueva vida.  No habrías sobrevivido sin ella.  Debido a que somos pecadores, la Biblia dice que estábamos muertos en nuestro pecado antes de conocer a Jesús, no teníamos vida, espiritualmente.  Pero Jesús dio Su sangre por todo el mundo, para que todos puedan ser perdonados y tener vida eterna”.  El padre miró a su hija con ternura.  “Doné mi sangre felizmente porque te amo.  Y Jesús nos ama tanto que entregó Su sangre voluntariamente al morir en la cruz, para que podamos ser salvos.  Sé que parece complicado, pero ¿eso te ayuda un poquito?”

“Sí, creo que ahora entiendo un poquito mejor”, aseguró Evita.  “¡Gracias por amarme tanto, papá!”

El padre apretó la mano de su hija.  “También demos gracias a Jesús por amarnos tanto”.  — RUTH I. JAY

CONFÍA EN JESÚS COMO TU SALVADOR

VERSÍCULO CLAVE: 1 JUAN 1:7

LA SANGRE DE JESÚS SU HIJO [DE DIOS] NOS LIMPIA DE TODO PECADO.

¿Sabías que Jesús derramó Su sangre por todo el mundo?  ¿Te das cuenta de que esto te incluye a ti?  Sin una transfusión de sangre, algunos pacientes de cirugía podrían morir.  Sin aceptar el regalo de la sangre de Jesús que lava el pecado, nadie puede tener vida eterna y pasar la eternidad con Él.  Confía en Jesús como tu Salvador y dale gracias por el gran sacrificio que hizo por ti. (Haz clic aquí para que conozcas las Buenas Nuevas que Dios tiene para ti).

Clave de Hoy
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