Árbol trasplantado
Gael llenó cuidadosamente una jarra con agua, la sacó al patio trasero y regó la base de un pequeño arbolito de pícea. Cada día caían más agujas secas al piso.
—No sobrevivirá, ¿verdad, mamá? —preguntó.
—No lo sé, hijo —respondió su madre—. Parece que no.
—¡Pero lo he cuidado tanto! —exclamó Gael.
—Lo sé —afirmó mamá—. Pero ¿recuerdas lo que dijo el abuelo cuando le preguntaste si podías trasplantarlo? Te dijo que no creía que una pícea crecería en nuestro jardín porque estos árboles crecen en terrenos extremadamente húmedos.
—¡Pero lo he regado todos los días! —se quejó Gael.
—Lo sé, pero como aquí es tan seco, es probable que eso no sea suficiente.
Gael y su madre se quedaron mirando el arbolito desaliñado.
—¿Sabes, hijo? Ese arbolito de pícea me recuerda de mí misma.
—¿De verdad? ¿En qué sentido?
—Está en el ambiente equivocado, y yo también solía estar en el ambiente equivocado —explicó mamá—. Antes ignoraba mi Biblia, casi nunca iba a la iglesia y no me tomaba el tiempo para orar. No pasaba mucho tiempo con personas que aman al Señor. Como resultado, no crecí espiritualmente. Por mucho tiempo, ni siquiera me daba cuenta de eso.
—Pero no siempre podemos estar con cristianos, ¿o sí? —preguntó Gael—. O sea, yo tengo que pasar mucho tiempo en la escuela y muchos de los niños ahí no son salvos.
—Tienes razón. Es verdad que todos pasamos tiempo en lugares donde hay personas que no conocen a Jesús —aseguró su madre—. De hecho, por esa razón debemos estar en esos lugares, para que podamos mostrar a otros Su amor y Su gracia. Pero no podremos hacerlo de manera efectiva si no estamos bien arraigados en la Palabra de Dios y conectados al pueblo de Dios. Por eso orar, leer la Biblia e ir a la iglesia son cosas muy importantes. Pasar tiempo con Dios y con otros cristianos nos recuerda que le pertenecemos a Jesús. Estas cosas crean el ambiente saludable y fértil que necesitamos para crecer espiritualmente y contar a otros acerca de Él.
—Está bien, trataré de recordarlo —declaró Gael—. Si este arbolito muere, conseguiré uno de otra especie que sí crezca aquí. Me recordará que también necesito estar en el amiente correcto. — LINDA M. WEDDLE
ECHA TUS RAÍCES EN JESÚS
VERSÍCULO CLAVE: COLOSENSES 2:6-7
DE LA MANERA QUE RECIBIERON A CRISTO JESÚS EL SEÑOR, ASÍ ANDEN EN ÉL; FIRMEMENTE ARRAIGADOS Y EDIFICADOS EN ÉL Y CONFIRMADOS EN SU FE.
¿Qué tipo de ambiente espiritual tienes en tu vida? ¿Asistes regularmente a la iglesia? ¿Tienes amigos cercanos que aman al Señor y te animar a seguirlo? ¿Lees la Biblia y tomas el tiempo para hablar con Jesús? No descuides las cosas que te ayudan a crear el ambiente que necesitas para crecer espiritualmente y permanecer con raíces fuertes en tu fe.
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