Amigos más cercanos que un hermano
Mauricio subió al autobús de la escuela y distinguió a su mejor amigo en un asiento diferente. “Buenos días, Juan”, saludó el niño mientras se sentaba. Juan no respondió de inmediato. “Hola”.
“¿Qué pasa? ¿Tu perro se comió tu tarea?”, bromeó Mauricio.
“Ojalá”, expresó Juan. “Mi papá fue transferido en su trabajo. Nos tenemos que mudar.
Mauricio no pudo ocultar su tristeza. “¿Cuándo?”
“Nos vamos en un mes”, contestó Juan.
Mauricio suspiró fuertemente. “¿Qué tan lejos?”
“A unos 1500 kilómetros de aquí”, respondió su amigo.
Los niños se quedaron en silencio por unos minutos. “En verdad te voy a extrañar”, dijo finalmente Mauricio. “Pero trata de mirar el lado positivo. Podrás explorar en lugares diferentes y tener nuevas aventuras. Harás nuevos amigos”.
Juan suspiró. “Eso es lo mismo que me dijeron mamá y papá, ¡pero será difícil dejar a mi mejor amigo! No recuerdo un momento en que no hayamos sido amigos. Recuerdo que estábamos juntos en la clase de preescolar en la iglesia”.
“Yo también”, afirmó Mauricio. “Pero podemos seguir en contacto. Podemos escribirnos correos, hablar por teléfono y enviarnos mensajes de texto”.
“Quizá hasta podamos visitarnos, cuando tengamos vacaciones de la escuela”, agregó Juan.
Mauricio asintió. “Solo tenemos que confiar en que Dios tiene un plan con todo esto, amigo. No dejaremos que esos kilómetros arruinen nuestra amistad. Somos verdaderos amigos. ¡Somos como hermanos!”
“Tienes razón”, indicó Juan. “Esto me recuerda a la clase de escuela dominical que tuvimos hace una semana, sobre la amistad entre David y Jonatán. Ellos hicieron una promesa delante de Dios que nada los separaría”.
“Sí”, contestó Mauricio. “Su amistad tan cercana estaba basada en su compromiso con Dios y, en los momentos difíciles, se ayudaron mutuamente a encontrar su fuerza en Dios y a no tener miedo. Prometieron que serían amigos hasta el final”.
“Así es nuestra amistad”, señaló Juan. “Podemos animarnos y orar el uno por el otro, incluso si físicamente estamos separados”.
“Claro que sí”, dijo Mauricio. “Somos hermanos en Cristo. Eso significa que siempre seremos amigos, porque ambos viviremos con Él para siempre”. — LYNDA BOUCHER
LOS AMIGOS CRISTIANOS SON PARA SIEMPRE
VERSÍCULO CLAVE: ROMANOS 12:10
SEAN AFECTUOSOS UNOS CON OTROS CON AMOR FRATERNAL; CON HONRA, DÁNDOSE PREFERENCIA UNOS A OTROS.
¿Has tenido una amistad cercana que haya tenido que mudarse? O quizá tú te cambiaste de ciudad. Es difícil dejar atrás a un buen amigo al que quieres mucho. Pero si ambos conocen a Jesús, aun cuando estén separados, siempre estarán conectados a través de Él. Son hermanos en Cristo y eso significa que serán amigos para siempre.
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