Agua espiritual
Claudio corrió a la cocina, sacó un vaso de la alacena y lo llenó con agua fría. La bebió rápidamente y luego lo llenó una segunda vez.
“¿Por qué tienes tanta sed?”, preguntó mamá mientras observaba a su hijo beber el segundo vaso casi tan rápido como el primero.
“Acabo de terminar de ayudar a papá con el trabajo en el jardín. ¡Hace tanto calor afuera! El termómetro dice que estamos a 35 grados”, aseguró Claudio mientras llenaba su vaso por tercera vez.
“Se ve que has sudado mucho. Deberías haber llevado agua contigo para beberla mientras trabajabas”, señaló su madre. “Es importante que permanezcas hidratado”.
“Es verdad, debí haber llevado agua, pero no quería dejar de hacer lo que estaba haciendo. Papá me hizo entrar porque me estaba mareando un poquito”.
En ese momento, el padre entró en la cocina y se sirvió también un vaso de agua. “Este calor puede causar cosas malas en el cuerpo si no nos mantenemos hidratados, tomando agua”, comentó mientras se sentaba en la mesa de la cocina.
“Bueno, ya que los dos están aquí, hagamos nuestro devocional familiar”, sugirió mamá. “Ambos estaban tan apurados por trabajar en el jardín esta mañana, que no hicimos el devocional en la mañana”.
La madre tomó la Biblia familiar y se sentó justo a su esposo, en la mesa.
“Oh, ¿y tenemos que hacerlo? Estoy cansado. Solo quiero relajarme”, se quejó Claudio mientras dejaba su vaso vacío en el lavaplatos.
“Hijo, leer tu Biblia y orar es tan importante como tomar agua en un día caliente”, indicó papá. “Nos ayuda a enfocarnos en Jesús y en todo lo que ha hecho por nosotros. También nos recuerda que tenemos el Espíritu Santo para guiarnos en todo lo que hacemos. Vivir en este mundo, con frecuencia, nos deja cansados y sedientes, y esa es la razón por la que necesitamos beber el agua espiritual que Jesús nos ofrece todos los días. Orar y leer la Palabra de Dios nos ayuda a refrescarnos”.
Claudio pensó en lo que su padre acababa de decir. Luego tomó asiento en la mesa sin más protestas. Sabía que necesitaba su agua espiritual para ese día. — MELISSA YEAGLE
PASA TIEMPO CON JESÚS
VERSÍCULO CLAVE: MATEO 5:6
BIENAVENTURADOS LOS QUE TIENEN HAMBRE Y SED DE JUSTICIA, PUES ELLOS SERÁN SACIADOS.
¿Bebes tu agua espiritual a diario? ¿Dedicas tiempo para estar con el Señor? Apartar tiempo para orar y leer tu Biblia te ayuda a enfocarte en Él. Jesús es el agua que sacia nuestra sed espiritual y al pasar tiempo con Él recordamos lo que Él ha hecho por nosotros y que Él está con nosotros. Permanece hidratado al enfocar tu mente en Jesús.
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