¡Adiós al temor!
“¡Selena, me encantan esos aretes!” Natalia sostuvo los aretes de conejitos dorados con rosado a la altura de sus orejas y se miró al espejo.
“¡Gracias! Ahora tengo muchos pares, desde que me perforaron las orejas”. Selena abrió el primer cajón para mostrárselos a su amiga.
“¿Te dolió mucho?”, preguntó Natalia mientras miraba la colección de aretes.
Selena se encogió de hombros. “Solo un poquito”.
Natalia acomodó sus rizos rubios detrás de su oreja para mirar sus lóbulos no perforados. “Quiero perforarme las orejas algún día, pero tengo un poquito de miedo”.
“Yo estaba muy asustada cuando fui a hacerme la perforación”, admitió Selena con un suspiro. “¿Sabes qué me ayudó? Mi amiga Silvana fue conmigo cuando mi mamá me llevó a que me perforaran las orejas, y ella me animó todo el tiempo. Se quedó a mi lado y me recordó que todo terminaría pronto. Ella perforó sus orejas unos meses antes, así que ya sabía lo que se sentía”.
Natalia asintió. “Selena, ¿recuerdas la lección que aprendimos ayer en la iglesia? Silvana te reconfortó y te ayudó en tu ansiedad, así como Jesús nos reconforma y nos ayuda”.
“¡Exacto! ¿Sabes que puedo hacer por ti, Natalia? Cuando decidas ir a perforarte las orejas, iré contigo para animarte, tal como lo hizo Silvana conmigo. ¡Eso te ayudará con tu temor! Yo tenía tanto miedo, pero con mi amiga que ya había pasado por lo mismo, me sentí más valiente”.
Natalia se subió a una silla e hizo una pose de superhéroe. “Mi maestro de drama nos hizo memorizar Segunda a Timoteo 1:7, que dice: «Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio»”.
Entonces cayó de la silla dando un chillido y Selena la tomó del brazo para ayudarle a levantarse. Las niñas rieron incontrolablemente hasta que Selena respiró profundamente y exclamó en su mejor voz teatral: “¡Dos son mejor que uno! ¡Si uno cae, su amigo puede levantarlo! Me alegra que seamos amigas, Natalia”.
“¡A mí también!” Natalia agitó su mano como lo haría una reina. “¡Ahora podemos ayudarnos mutuamente a decirle adiós al temor!” — SAVANNAH COLEMAN
NO TENGAS MIEDO, ¡DIOS ESTÁ CONTIGO!
VERSÍCULO CLAVE: 2 TIMOTEO 1:7
PORQUE NO NOS HA DADO DIOS ESPÍRITU DE COBARDÍA, SINO DE PODER, DE AMOR Y DE DOMINIO PROPIO.
¿De qué tienes miedo? Todos tenemos temores, pero si eres hijo o hija de Dios, Él promete que estará contigo cuando tengas miedo. Jesús sabe exactamente lo que estás viviendo y Él te consolará, te dará fuerzas cuando afrontes cosas atemorizantes. Como Su hijo o Su hija, puedes ofrecer ayuda y consuelo a otros, cuando ellos tengan miedo. ¿Cómo puedes ser de apoyo para alguien y animarle para decir adiós al temor?
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