A salvo en medio de la tormenta

Germán y Claudio miraban por la ventana que daba al patio trasero mientras la lluvia bajaba a torrentes por el vidrio. Los truenos retumbaban y los relámpagos iluminaban el cielo.

—¡Híjole! —Claudio dio un brinco.

—Ese estuvo cerca —comentó Germán mientras sonaba la sirena para tornados.

—¡Todos al sótano! —gritó su madre. Ella encendió el televisor para mantenerse informada de la tormenta.

—Se emitió una alerta de tornado para nuestra zona —dijo el meteorólogo en la televisión—. Busque un lugar seguro ahora mismo.

—Quisiera que papá estuviera aquí —declaró Claudio mientras los vientos aullaban y algunos objetos chocaban con su casa.

—Deberíamos orar —sugirió Germán.

Los niños y su madre se tomaron de las manos. Oraron para que Dios protegiera a su familia, amigos y vecinos.

—Amén —expresó mamá—. Nunca lo olviden, niños, que Dios es nuestro refugio en todas las tormentas de la vida.

En ese momento se fue la electricidad. Germán encendió una linterna.

—¿Recuerdan, en la Biblia, cuando Jesús y Sus discípulos estaban en una barca y de repente se desató una tormenta en el lago? —preguntó su madre.

Claudio asintió.

—Jesús estaba dormido y los discípulos pensaron que iban a hundirse.

—Despertaron a Jesús —agregó Germán—, y Él le dijo a la tormenta: «¡Cálmate, sosiégate!». Y entonces todo estuvo en calma otra vez.

—Así es —afirmó mamá—. Sé que afuera hay una tormenta y tenemos miedo, pero recordemos que Jesús también está aquí con nosotros. Él nos ha salvado del pecado y nos dio vida eterna, y nunca nos dejará, pase lo que pase. Podemos confiar en que Él calmará nuestros temores y nos consolará con Su presencia en medio de las tormentas de la vida.

En ese momento sonó el teléfono celular de la madre.

—Es su papá —ella puso el altavoz. Papá les dijo que estaba bien y que llegaría a casa tan pronto como pudiera.

—Se oye tranquilo afuera —opinó Germán después que cerraron la llamada—. ¿Crees que deberíamos ir a mirar?

—Voy a echar un vistazo —indicó mamá, y se dirigió arriba—. La tormenta pasó —les gritó un minuto más tarde—. Ya pueden subir.

Germán y Claudio subieron y miraron afuera. Su jardín estaba cubierto de ramas de árboles, hojas y escombros.

—¡Miren! —apuntó Claudio—. Allá en el bosque hay una cama elástica. Me alegra que no haya caído sobre nuestra casa.

—Gracias, Jesús, por mantenernos en calma y seguros en medio de la tormenta —susurró Germán.

LYNDA BOUCHER

JESÚS NOS CALMA EN NUESTRAS TORMENTAS

VERSÍCULO CLAVE: SALMO 46:1 (NTV)

DIOS ES NUESTRO REFUGIO Y NUESTRA FUERZA; SIEMPRE ESTÁ DISPUESTO A AYUDAR EN TIEMPOS DE DIFICULTAD.

¿Alguna vez has tenido miedo durante una tormenta? Los fuertes vientos, la fuerte lluvia, los relámpagos y los truenos pueden hacer que sintamos temor, tristeza o ansiedad. Cada vez que te encuentres con una tormenta en tu camino, recuerda que Jesús está contigo. Confía en que Él calmará tus temores y te dará fuerzas. Y dale gracias al Señor porque nunca tendrás que afrontar solo las tormentas.

Clave de Hoy
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