La conexión está sucia
“Saúl, el albergue para personas sin hogar necesita donaciones. Ya he recolectado algunos artículos. ¿Qué te parece si donamos algunos de tus juguetes?”
Saúl se puso de rodillas frente a su caja de juguetes. “No quiero regalar ninguno de mis juguetes, mamá”.
“¿Y este?”, preguntó mamá. “Estoy segura de que a cualquier niño le encantaría tener este carrito. No te he visto jugar con él en bastante tiempo”.
Saúl miró el carro de carreras a control remoto que su mamá tenía en sus manos. “Ya no funciona”.
“Dejemos que papá le eche un vistazo. A lo mejor pueda arreglarlo para que vuelva a funcionar. En ese caso, ¿lo donarías?”
“Supongo que sí tengo muchos juguetes”, confesó Saúl.
Después de la cena, Saúl le entregó a su padre el carro de carreras. “¿Puedes arreglarlo, papá? Ya no funciona, pero me gustaría dárselo a algún niño en el albergue para personas sin hogar”.
“Déjame verlo”. Su padre examinó el cuerpo del carro de carreras. “No veo razón para que haya dejado de funcionar. Este carro se ve como nuevo”. Saúl siguió a su papá hasta el garaje. Después de sacar el tornillo que sostenía la tapa del compartimento de las baterías, el padre sostuvo el carrito para que Saúl lo pudiera ver. “Creo que encontramos el problema”.
“Oh, ¡guácala!”, exclamó Saúl. “¿Qué es eso?”
“Es corrosión, y su acumulación hizo que se rompiera la conexión”.
“¿Lo puedes arreglar?”, preguntó Saúl.
“Creo que sí. Pero primero tenemos que limpiar el interior de la batería”. El padre de Saúl le entregó un trapo con un cepillito, y le mostró cómo limpiar el interior. “Es como la historia que contó el pastor Timoteo el domingo, ¿no crees, Saúl? Se trataba de cómo Jesús reprendía a las personas que limpiaban su exterior, pero ignoraban las cosas feas que se acumulaban en el interior. ¿Lo recuerdas?”
Saúl asintió. “Dijo que no importa qué tan buenos nos veamos ante los ojos de los demás. Si el corazón está sucio, estamos dañados”.
“Correcto. Es por eso que necesitamos a Jesús”. El padre reemplazó las baterías viejas con unas nuevas y puso la tapa nuevamente. “Cuando confiamos en el Señor, Él limpia nuestros corazones y nos hace funcionar como nuevos… así como este carro de carreras”. – SHARON MOWERY
JESÚS LIMPIA NUESTROS CORAZONES
VERSÍCULO CLAVE: TITO 2:14 (NTV)
ÉL DIO SU VIDA PARA LIBERARNOS DE TODA CLASE DE PECADO, PARA LIMPIARNOS Y PARA HACERNOS SU PUEBLO, TOTALMENTE COMPROMETIDOS A HACER BUENAS ACCIONES.
¿Tratas con todo tu esfuerzo de hacer que tu vida se vea limpia cuando por dentro tienes un daño y suciedad? Sin importar lo buena gente que te mires por fura o las cosas buenas que hagas, no podrás estar limpio o limpia hasta que Jesús quite la suciedad del pecado de tu corazón. Él te limpiará y te hará una nueva persona, de modo que tu corazón pueda funcionar como debe ser. Confía en que Él te dará un corazón limpio hoy mismo. (Presiona aquí para que conozcas más acerca de las Buenas Nuevas que Dios tiene para ti).
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