Una carnada peligrosa
Berta lanzó el sedal de su caña de pescar por el borde del bote y observó cómo la carnada se hundía en el agua.
—¡Ese gusano que se está retorciendo en el anzuelo se ve tan asqueroso! ¿Cómo podría un pez querer comerse eso?
Su padre rio.
—No se ve apetitoso para nosotros, pero para un pez es comida.
—¡Preferiría morir de hambre! —aseguró Berta.
Papá sonrió.
—Lo verías de un modo diferente si fueras un pez.
El hermano de Berta, Jerónimo, lanzó su sedal al agua.
—Los peces no notan el gancho filoso que está escondido dentro de los deliciosos gusanos. Solo piensan en el buen sabor que tendrá el gusano. No piensan en lo que podría pasar si lo muerden.
—Supongo que no —comentó Berta—. Si supieran que serán atrapados, no morderían el anzuelo, sin importar cuán jugoso se vea ese gusano.
—Tal vez no, pero quizá lo harían —opinó su padre—. A veces nosotros podemos ser como los peces.
Berta hizo una mueca.
—¡Jamás me verás comiendo un gusano!
Papá rio.
—No, no un gusano. Pero ¿cuáles son otros tipos de carnadas? Estoy pensando en las veces en que hay algo que realmente queremos hacer, pero sabemos que está mal. Podríamos decir que Satanás nos pone una carnada en un anzuelo con cosas que nos tientan a tomar malas decisiones.
—Entonces, ¿Satanás quiere pescarnos? —preguntó Jerónimo.
—Se podría decir que sí —explicó su padre—. A él le gusta engañarnos y tentarnos con cosas que se ven bien. Lamentablemente, es fácil caer en su carnada y terminar tomando decisiones pecaminosas que se van en contra de Dios y de lo que Él nos ha llamado a ser como Sus hijos.
En ese momento, Berta sintió un tirón en su caña de pescar y se emocionó. Enrolló el sedal y sacó una pequeña mojarra de agallas azules, que sostuvo en alto.
—¿Tengo que soltarla?
Papá le abrió la boca al pez y dijo:
—Démosle una segunda oportunidad a este pez.
—¡Oigan, eso es lo que Jesús hace por nosotros! —exclamó Jerónimo.
—¡Tienes razón! —señaló papá—. Jesús murió en la cruz y resucitó para liberarnos del poder del pecado y de Satanás. Eso significa que podemos resistir la carnada de Satanás. Y, cuando pequemos, Jesús siempre nos perdonará.
—La próxima vez que me sienta tentada a hacer algo malo, recordaré estos peces —declaró Berta—. Y, aunque mordiera el anzuelo, ¡sé que Jesús me dará una segunda oportunidad!
CHIP MONTGOMERY
NO MUERDAS LA CARNADA DE SATANÁS
VERSÍCULO CLAVE: SANTIAGO 4:7 (NTV)
ASÍ QUE HUMÍLLENSE DELANTE DE DIOS. RESISTAN AL DIABLO, Y ÉL HUIRÁ DE USTEDES.
¿Puedes pensar en alguna vez en la que quedaste atrapado por la carnada del pecado? Quizá fuiste tentado por algo que parecía bueno al principio, pero resultó ser una trampa que te llevó a hacer algo malo. Cuando cedas a la tentación, recuerda que Jesús siempre te perdonará cuando le confieses tu pecado. Debido a que Él te ha liberado del pecado, este ya no tiene poder sobre ti. Confía en que Jesús te ayudará a resistir la carnada de Satanás.
Leave a Reply
Want to join the discussion?Feel free to contribute!