Como ardillas
La pequeña Lilia, de cuatro años, sostenía la mano de su madre mientras caminaba a su casa, después de la escuela.
—¡Mira todas las ardillas! —chilló.
—Están recogiendo comida para el invierno —le informó su hermano, Cirilo—. Hoy aprendimos sobre eso en la escuela.
—¿Recogiendo comida para el invierno? —repitió Lilia—. ¿Por qué tienen que hacer eso?
—Porque, cuando llega el invierno, hay mucha nievo. A ti te gusta hacer muñecos de nieve, ¿lo recuerdas? Es difícil para las ardillas encontrar comida cuando el suelo está cubierto de nieve, así que en este momento están recogiendo muchas nueces y las esconden en algunos lugares —Cirilo se encogió de hombros—. Ojalá se acuerden dónde guardan la comida cuando la necesiten.
—Qué genial —respondió Lilia—. Mis favoritas son las ardillas negras.
—Cirilo, ¿memorizaste tu versículo para el club de la iglesia de hoy? —le preguntó mamá.
El niño frunció el ceño y pateó una piedra en la vereda.
—Los versículos son difíciles de memorizar. No entiendo para qué tengo que memorizarlos si los puedo buscar en mi Biblia de todas maneras.
La madre observó cómo Lilia trataba de llamar a una ardilla.
—Hijo, esto me hace acuerdo de lo que aprendiste hoy en la escuela.
—¿Sobre las ardillas? —preguntó Cirilo.
—Sí, sobre las ardillas —mamá sonrió—. Las ardillas se toman el tiempo para recoger sus alimentos y guardarlos para cuando los necesiten. Hay un versículo en la Biblia que nos dice que guardemos la Palabra de Dios en nuestros corazones.
—¿Para que tengamos versículos cuando los necesitemos? —preguntó Cirilo.
—Exactamente —contestó su madre—. No siempre tendrás tu Biblia y el poder recordar versículos es útil, como ahora que me viene a la mente el Salmo 119:11, que dice así: «En mi corazón he atesorado Tu palabra, para no pecar contra Ti». La Palabra de Dios es poderosa porque nos cuenta la verdad de quién es Dios y lo que Jesús hizo por nosotros en la cruz. La Biblia nos guía en nuestra vida como hijos de Dios y nos enseña cómo demostrar Su amor a los demás. Cuando memorizamos versículos, estamos guardando la Palabra de Dios en nuestros corazones, para que esté allí para recordarnos de Su verdad y Su amor, y para que nos aliente cada vez que lo necesitemos.
Cirilo se quedó en silencio por un momento, mientras observaba a una ardilla que corría por el patio de su vecino.
—Trabajaré en mi versículo para memorizar cuando lleguemos a casa —aseguró—. Guardaré versículos en mi corazón, así como las ardillas guardan su comida.
KIMBERLY BROKISH
GUARDA VERSÍCULOS EN TU CORAZÓN
VERSÍCULO CLAVE: SALMO 119:11
EN MI CORAZÓN HE ATESORADO TU PALABRA, PARA NO PECAR CONTRA TI.
¿Alguna vez has visto a las ardillas correr en el otoño para recoger alimentos? Podemos hacer lo mismo con nuestra comida espiritual, la Palabra de Dios. Cuando memorizamos versículos de la Biblia, guardamos la verdad y las promesas de Dios en nuestros corazones, para que permanezcan allí y nos alimenten cada vez que lo necesitemos. ¡Así que, saca tu Biblia y busca algunos versículos que podrías comenzar a memorizar hoy mismo!
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