La recta numérica

Héctor se subió al asiento trasero del automóvil, entusiasmado por hablar sobre lo que acababa de aprender ese día en la clase de matemáticas.

—Mamá, ¿sabías que una recta numérica no tiene principio ni final? Es una línea que tiene todos los números, tanto positivos como negativos. El señor Saravia nos dijo que las rectas numéricas pueden avanzar hacia el infinito en ambas direcciones, pero eso me cuesta entender.

—Uno, dos, tres —contó Mili.

Héctor rio.

—Así es, Mili, estás contando muy bien. Pero cuando seas grande, como yo, también aprenderás sobre los números negativos.

—¿Entiendes los números negativos? —preguntó su madre.

—Bueno, es un poco confuso, pero el señor Saravia dijo que para el final del capítulo todos los entenderemos mejor. Nos mandó una hoja de tarea.

—Después de la cena la reviso contigo —expresó mamá.

La hermanita menor de Héctor siguió contando el resto del camino de regreso a la casa. Después de la cena, papá ayudó a mamá a limpiar la cocina, mientras Héctor llevó a Mili a su habitación para jugar. Más tarde, el padre llevó a Mili a la sala para que mamá pudiera ayudarle al niño con su tarea de matemáticas.

—¿Terminaron? —le preguntó papá cuando Héctor y su madre entraron en la sala unos minutos después.

El niño asintió.

—Hicimos todo, y creo que ya entiendo mejor las matemáticas. Las líneas numéricas no tienen principio ni final porque siempre puedes contar más alto en cualquier dirección desde el cero. Los números positivos van hacia adelante y los negativos, hacia atrás.

Papá asintió.

—¿Sabías que Dios no tiene principio ni final? Tu recta numérica me hizo pensar en eso —el padre sacó su celular y buscó un versículo—. En Apocalipsis 1:8, Dios dice: «Yo soy el Alfa y la Omega, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso».

—Creo que lo entiendo —aseguró Héctor—. Como fuimos creados por Dios, tenemos un comienzo, pero Dios no tiene un punto de partida porque siempre ha existido.

—Correcto —afirmó mamá—. Y la historia no se detiene ahí. Dios nos promete vida eterna si aceptamos Su regalo gratuito de la salvación, lo que significa que viviremos para siempre con Él.

—¡Qué genial! —exclamó Héctor.

—¡Uno, dos, tres! —gritó Mili.

—Cuentas muy bien, hermanita —le animó Héctor, y todos rieron.

LISA FULLER

DIOS NO TIENE PRINCIPIO NI VINAL

VERSÍCULO CLAVE: APOCALIPSIS 1:8 (NTV)

«YO SOY EL ALFA Y LA OMEGA, EL PRINCIPIO Y EL FIN—DICE EL SEÑOR DIOS—. YO SOY EL QUE ES, QUE SIEMPRE ERA Y QUE AÚN ESTÁ POR VENIR, EL TODOPODEROSO». 

¿Sabías que Dios no tiene principio ni final? Eso puede ser difícil de entender para nosotros, porque todos fuimos creados por Dios y tenemos un punto de partida, pero Dios no fue creado. El Señor siempre fue y siempre será, y nos ofrece vida eterna con Él. ¡Si ponemos nuestra confianza en Jesús, viviremos con Él para siempre y nuestro gozo nunca acabará! (Haz clic aquí para que conozcas las Buenas Nuevas que Dios tiene para ti).

Clave de Hoy
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