Una red endeble
Eloy miró por la ventana de la cocina. Había llovido toda la mañana, pero ahora el sol brillaba con fuerza. Las hojas del gran árbol que había afuera se veían de color dorado y parecían brillar con los rayos de sol. «Si tan solo esas hojas pudieran convertirse en oro de verdad», pensó Eloy. «Entonces mamá y yo podríamos resolver todos nuestros problemas». El niño suspiró. No podía evitar preocuparse ahora que su mamá había perdido su trabajo. La situación ya era difícil antes… ¿cómo se las arreglarían ahora? Entonces se volvió a su madre y le preguntó:
—¿Qué vamos a hacer con el dinero, mamá?
—No te preocupes por eso —contestó la madre—. Tengo unos ahorros y estoy segura de que encontraré otro trabajo pronto. Hay muchos empleos disponibles en el campo de la medicina.
Mientras mamá estaba de pie junto a Eloy frente a la ventana, varios gorriones bajaron en picada y se posaron en la red de voleibol que alguien había puesto en la cancha de su edificio de apartamentos. Bajo el peso de las aves, la red se hundía y se mecía con el viento. Pronto los débiles postes que sostenían la red se desarraigaron y todo cayó al piso. Eloy y su madre observaron cómo las aves, asustadas, se fueron volando.
—¿Sabes, hijo? —indicó mamá—. Esa red endeble es como el dinero y las cosas materiales. Cuando dependemos de ellos para sostenernos en los tiempos difíciles, siempre nos fallan, así como esa red les falló a los pajaritos. ¿No te alegra saber que podemos contar con alguien que nunca falla?
—Te refieres a Dios, ¿verdad? —preguntó Eloy.
—Así es —respondió su madre—. Estoy pensando en un versículo que aprendiste en el campamento este verano, ese que habla de las aves. ¿Lo recuerdas?
—¿Sobre las aves? —Eloy se quedó pensando—. Creo que sí me acuerdo. Aprendimos Mateo 6:26, que dice: «Miren las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No son ustedes de mucho más valor que ellas?».
Mamá asintió.
—Dios cuida de los pajaritos y también proveerá para nuestras necesidades. Jesús ya ha provisto para nuestra mayor necesidad al salvarnos del pecado y darnos vida eterna. Por esa razón, Él siempre está con nosotros, y podemos confiar en que Él cuidará de nosotros.
Eloy sonrió.
—Me alegra que Él nunca falle.
DOROTHY R. KING
DIOS PROVEE TODO LO QUE NECESITAS
VERSÍCULO CLAVE: FILIPENSES 4:19
Y MI DIOS PROVEERÁ A TODAS SUS NECESIDADES, CONFORME A SUS RIQUEZAS EN GLORIA EN CRISTO JESÚS.
¿Conoces a alguien que esté sin trabajo? ¿O quizá te preocupa que tu propia familia no tenga dinero suficiente para todas las cosas que necesitas? Ora por ello y confía en que Dios proveerá. Él te ama tanto que envió a Su propio Hijo a morir por tus pecados, y le importas más de lo que pudieras imaginar. Puedes confiar en que Dios te proveerá todo lo que necesitas.
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