La caja de tesoros de Dios
Gracia sacó su caja de tesoros de debajo de la cama y la abrió para ver su contenido. Sacó un par de cosas y las inspeccionó. Una nota especial de su abuelita. Un tiquete para el ballet. Un anillo con su piedra natal. Un libro de imágenes. Ella sonrió mientras los volvía a meter en su caja. Hacía esto con frecuencia antes de ir a la cama. Ver sus tesoros le traía recuerdos que le provocaban sentimientos cálidos y de felicidad.
Una mañana, la hermanita menor de Gracia la saludó, emocionada.
—Anoche tuve un sueño —le contó Evaluna—. Era sobre una caja de tesoros muy grande. Era mucho más grande que la tuya, ¡y mucho más bonita también! Brillaba por todos lados. ¡Y era tan alta como el cielo!
Gracia sonrió a su hermanita.
—¿Qué había en esa caja?
—No lo sé —contestó Evaluna—. No pude ver adentro.
—Bueno, ¿quién crees que podría ser el dueño de esa caja tan grande y lujosa? —preguntó Gracia—. ¿Un rey? ¿O el presidente?
—¡Ya sé quién! —exclamó la pequeña—. Dios podría tener una caja así.
Gracia sonrió.
—Si Dios tuviera una caja de tesoros, ¿qué metería adentro? ¿Un arcoíris, tal vez? ¿Océanos? ¿Quizá metería montañas? ¿U oro?
Evaluna asintió, pero ninguna respuesta parecía lo suficientemente buena para Gracia.
—Pensemos hoy en eso —sugirió la madre de las niñas—. Veamos quién puede ingeniarse una respuesta mejor.
—Está bien —afirmó Gracia, pero su día estuvo muy ocupado y en poco tiempo se olvidó de su tarea.
Cuando Gracia regresó a la casa, después de la escuela, Evaluna le estaba esperando.
—¡Ya sé lo que Dios pondría en Su caja de tesoros! —aseguró, saltando de arriba bajo—. ¡Ya sé la respuesta!
—¿En serio? —preguntó Gracia—. ¿Cómo lo sabes? Mamá te dijo, ¿verdad? —la niña se volvió a su madre—. ¿Cuál es, mamá? ¡Yo también quiero saber!
Su madre sonrió.
—Vayan y busquen Deuteronomio 7:6 en sus Biblias —indicó—. Tal vez eso les ayude a encontrar la respuesta.
Cuando Gracia buscó el versículo en su Biblia, vio la respuesta a la pregunta.
«Las personas», pensó. «Dios pone a las personas que salvó en Su caja de tesoros». La niña sonrió. Sabía que era parte del tesoro de Dios.
JOY L. NEWSWANGER
LOS HIJOS DE DIOS SON SU TESORO ESPECIAL
VERSÍCULO CLAVE: DEUTERONOMIO 7:6 (NTV)
EL SEÑOR TU DIOS TE ELIGIÓ A TI PARA QUE SEAS SU TESORO ESPECIAL.
¿Eres parte del tesoro de Dios? Tal vez no sabías que Dios tiene un tesoro, ¡pero sí lo tiene! En el versículo clave de hoy, Él llama a Sus hijos elegidos Su tesoro. Hoy eso significa que cualquiera que haya confiado en Jesús como su Salvador es también Su tesoro. ¿Estás incluido en este grupo? ¡Si no, pon tu confianza en Jesús, quien murió por tus pecados para que puedas recibir la salvación y convertirte en el tesoro de Dios hoy mismo! (Haz clic aquí para que conozcas las Buenas Nuevas que Dios tiene para ti).
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