La mejor respuesta
No había sido una buena semana para Isaías. Nada le parecía divertido desde que su mejor amigo, Tomás, se mudó a otra ciudad.
—Por favor, amado Dios —oraba el niño todas las noches—, permite que Tomás regrese y viva aquí otra vez.
—Sé que extrañas mucho a Tomás —le dijo una tarde su papá mientras lavaba el automóvil con su hijo—. Pero no creo que su familia vuelva a mudarse acá.
—¡Sí, volverán! Le pedí a Dios que los traiga de regreso y Él responderá mi oración, ¿verdad?
—Bueno, sí… —su padre frunció el ceño un poquito y se rascó la cabeza—. Oh, me olvidé de decirte que tu mamá está cocinando pimientos verdes rellenos para la cena de hoy. Me pidió que me pregunte si los vas a comer.
Isaías arrugó la nariz.
—No, gracias. No me gustan los pimientos verdes rellenos.
—Se lo diré —declaró papá mientras se dirigía a la casa. Él salió unos minutos más tarde—. Hijo, tu mamá está preparando pimientos verdes rellenos para la cena. ¿Le digo que sí los vas a comer?
Isaías se puso de pie y dejó de limpiar el neumático.
—Ya me preguntaste eso, papá. ¡Y ya te dije que no! ¿No te acuerdas?
Su padre rio.
—Sí, de hecho, lo recuerdo. Y tu respuesta no me sorprendió, por cierto. No era lo que tu mamá esperaba oír… a ella en verdad le gustan esos pimientos rellenos. Ella quisiera que también te gusten, pero tu respuesta sigue siendo no. Lo mismo pasa con Dios; Él siempre escucha nuestras oraciones y siempre nos responde, pero a veces la respuesta es no. Debemos recordar que el Señor cuida de nosotros, que nos ama tanto que Jesús murió por nosotros. Por eso podemos confiar en que Él hará lo que es mejor.
Isaías dejó a un lado su esponja.
—¿Por qué Dios no dejaría que Tomás regrese? Eso me haría mucho más feliz.
—Pero tal vez eso no sea lo mejor para la familia de Tomás. Su padre estaba muy enfermo, tú lo sabes, y los médicos dijeron que un clima más cálido sería mejor para él. En lugar de orar para que Tomás regrese, quizá podrías pedirle a Dios que ayude a su familia a adaptarse a su nuevo hogar. Esta mudanza es más difícil para ellos que para ti.
Isaías asintió lentamente.
—Está bien. Y después de orar por Tomás y por su familia, le pediré a Dios que me ayude a encontrar un nuevo amigo aquí.
KATHERINE R. ADAMS
ACEPTA LAS RESPUESTAS DE DIOS A TUS ORACIONES
VERSÍCULO CLAVE: ROMANOS 8:28
Y SABEMOS QUE PARA LOS QUE AMAN A DIOS, TODAS LAS COSAS COOPERAN PARA BIEN.
¿Crees que Dios debería responder todas tus oraciones exactamente como quieres? Si las cosas no salen como quieres, ¿crees que a Dios no le importa? Eso no es verdad. A Él sí le importa y sabe lo que es mejor para ti y para todos Sus hijos. Así que, aun cuando la respuesta de Dios a tu oración sea no, confía en Él y recuerda que Sus caminos son mejores.
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