Los bordes del rompecabezas

Iván suspiró y acercó su silla de ruedas a la mesa.

—Blas, espera. Tenemos que armar primero los bordes del rompecabezas, para que no sea tan difícil encontrar dónde van las demás piezas. ¿Puedes encontrar algunos bordes planos?

—¡Pero quiero armar el perrito! —se quejó Blas.

—Puedes hacerlo, pero primero tenemos que encontrar los bordes —Iván empezó a voltear las piezas.

—¡Pero quiero armar el perro! —Blas se encogió en su silla.

—Creo que puedo encontrar más bordes que tú —dijo Iván astutamente, estirándose para tomar una pieza.

—¡No! ¡Yo puedo encontrar más! —Blas sonrió de repente y empezó a buscar en el montón de piezas.

—¿Puedo ayudar? —Renata, la quinta de sus seis hermanas, se detuvo junto a la mesa.

—No, tienes que corregir tus problemas de matemáticas —le indicó su madre, dando golpecitos en el mesón de la cocina—. Ven acá.

Diez minutos más tarde, el rompecabezas estuvo terminado y quedó olvidado; Blas y René estaban afuera, haciendo un muñeco de nieve con sus hermanas Maura y Cecilia, mientras Iván los observaba desde la puerta del patio.

—Gracias por ser paciente con Blas y mantenerlo ocupado para que yo pudiera terminar de corregir las tareas de tu hermana —mamá notó la cara de Iván—. ¿Qué sucede?

Iván retrocedió con su silla de ruedas y se alejó de la puerta.

—Es que quisiera estar afuera con ellos —el niño miró el yeso en sus piernas—. ¿Por qué mis piernas tienen que tardar tanto para sanar?

—Tienen que formar osteoclastos y osteoblastos y reconstruir lo que se rompió —mamá sonrió al ver la mala cara de su hijo—. Eso te pasa por tener una madre enfermera. Sé que es difícil, pero también sé que puedes perseverar.

—No soy bueno para la perseverancia. Me desespero y me pongo irritable.

—Como Blas. Preferirías armar el perrito, en lugar de encontrar los bordes —mamá dio golpecitos con el dedo en el rompecabezas—. Pero saltarse el proceso de los bordes dejaría el rompecabezas sin terminar. Sé que es difícil tener paciencia, pero Dios te dará la gracia para seguir adelante. Recuerda que Él está trabajando en un cuatro más grande de lo que podemos ver, pero sabemos cómo se verá cuando esté terminado: será perfecto y nunca tendremos que volver a lidiar con el dolor o la enfermedad. Hasta que llegue ese día, Jesús estará con nosotros en todas las pruebas y nos ayudará a ser pacientes mientras Él arma todas las piezas de este rompecabezas.

ELLIE SHIRK

DIOS TE DA GRACIA PARA QUE SEAS PACIENTE

VERSÍCULO CLAVE: SANTIAGO 1:4

QUE LA PACIENCIA TENGA SU PERFECTO RESULTADO, PARA QUE SEAN PERFECTOS Y COMPLETOS, SIN QUE NADA LES FALTE.

¿Te cuesta ser paciente cuando atraviesas por situaciones difíciles? Sea lo que sea, Jesús puede ayudarte a perseverar. Todos pasamos por luchas en nuestras vidas, pero Jesús promete que estará con nosotros en medio de ellas y que un día terminarán nuestros problemas para siempre, cuando Él regrese para hacer nuevas todas las cosas. Confía en que el Señor te ayudará a ser paciente mientras termina el cuadro perfecto que está armando.

Clave de Hoy
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