Labios de lava

—Hola, mamá —saludó Jacinta mientras abría la puerta de la casa—. ¡Hoy tuvimos la mejor clase! Aprendimos sobre los volcanes.

—Qué interesante —expresó mamá—. Recuerdo que los estudié en la escuela. Son una parte fascinante de la naturaleza.

Jacinta asintió.

—Mi maestra tenía un pequeño modelo de un volcán. ¡Incluso podía hacerlo erupcionar! ¿Sabes qué sale en una erupción de un volcán de verdad?

—Lava, gases calientes y fragmentos de roca —contestó el hermano de Jacinta, Nando, quien también había llegado a la casa, después de la escuela.

Jacinta frunció el ceño.

—Le pregunté a mamá, no a ti —respondió con dureza, y después siguió hablando más sobre las características de los volcanes—. La presión se acumula y cenizas rojas calientes salen disparadas a la superficie. ¿Sabes de dónde erupcionan? —preguntó, mirando a su madre.

Nando contestó otra vez.

—Salen de la boca del volcán, que está en la parte más alta de una montaña con forma de cono.

Jacinta le puso mala cara.

—¡Estás equivocado! —declaró triunfante—. Eso parece, pero la verdadera apertura no está en la parte más alta, sino más abajo. Se llama fumarola —ella le hizo una mueca a su hermano—. Eso muestra cuánto sabes, bobo. La próxima vez métete en tus propios asuntos.

—Jacinta —dijo su madre severamente—, un volcán no es lo único que tiene boca, nosotros también tenemos bocas, ¿sabías? Puede que las erupciones no procedan de las bocas de los volcanes, pero las nuestras sí pueden erupcionar con palabras ardidas, crueles y violentas que hieren a otras personas. A veces desahogamos nuestros sentimientos al echar nuestras palabras enojadas, como lo que estás haciendo en este momento.

—Bueno, realmente quería hablar contigo de los volcanes, no con Nando —indicó Jacinta.

—Eso no justifica que hables como lo hiciste —aseguró mamá—. Cuando los volcanes erupcionan, la lava destruye lo que esté a su paso, y las palabras que erupcionan de nuestras bocas pueden hacer lo mismo con los sentimientos de las personas. No podemos controlar las erupciones volcánicas, pero sí podemos controlar las palabras de nuestras bocas. El Espíritu Santo nos ayuda con esto, para que podamos hablar con los demás de una manera que refleje el amor de Jesús, que siempre es paciente y bondadoso con nosotros.

Jacinta suspiró y se dirigió a su hermano.

—Perdóname, Nando —le dijo—. Voy a confiar en que Dios me ayudará a controlar mis labios de lava.

NANCE E. KEYES

CONTROLA TU BOCA

VERSÍCULO CLAVE: SANTIAGO 3:10 (NTV)

LA BENDICIÓN Y LA MALDICIÓN SALEN DE LA MISMA BOCA. SIN DUDA, HERMANOS MÍOS, ¡ESO NO ESTÁ BIEN!

¿Hay veces en que palabras crueles erupcionan de tu boca? Al igual que la lava, nuestras palabras son destructivas cuando no controlamos nuestras bocas y dejamos que palabras crueles e hirientes salgan. Cuando sientas que una violenta y ardiente erupción se está acumulando, recuerda que Dios te da el poder para controlar tus palabras, de modo que puedas tratar a otros como Jesús lo haría. Confía en que el Señor te ayudará a hablar palabras que demuestren a los demás Su bondad y Su amor.

Clave de Hoy
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