Sin equilibrio

—¡Oye, mira eso, Cristián! —Natán apuntó a una enorme grúa que se podía ver desde la ventana del automóvil—. Mamá, ¿podemos detenernos a ver?

—Está bien —la madre se estacionó y observó con Natán y su amigo, Cristián, cómo la grúa levantaba una estatua dorada para ponerla encima del edificio de la corte. Cristián señaló la estatua y preguntó:

—¿Por qué tiene los ojos tapados?

—¿Y qué tiene en la mano? —preguntó Natán.

—Esa es la Dama de la Justicia —explicó mamá—. Está con los ojos vendados para mostrar que la justicia no debería estar influida por quiénes son las personas ni cuánto dinero tienen. Ella sostiene una balanza, que representa la justicia. Ambos lados de la balanza deben sostener cantidades iguales. Si se comete una ofensa, el castigo tiene que estar equilibrado con el crimen.

—¿Equilibrar el crimen? —preguntó Natán—. ¿Qué significa eso?

—El crimen está en el un lado de la balanza y, si el castigo correcto está en el otro lado, hay un equilibrio —dijo la madre—. Digamos que alguien roba un par de zapatos en una tienda. Para equilibrarlo, tendrían que hacerle que los pague o los devuelva, y probablemente tendría que pagar una multa por hacer lo malo.

—¡Oh, ya lo entiendo! —exclamó Natán.

—¿Así es como funcionan las cosas con Dios? —preguntó Cristián—. Mi hermana dice que Él guarda un registro de todas las cosas malas que hago, y tendré que pagar algún día. Si hago muchas cosas buenas, ¿se equilibrará?

Mamá negó con la cabeza.

—La gente con frecuencia piensa que así funciona, pero todas nuestras buenas obras nunca podrán ser suficientes para equilibrar las cosas malas que hacemos. La Biblia dice que lo que hacemos mal es pecado, y el pecado pone muchísimo peso en el lado malo de la balanza.

—Sí, es como si nuestros pecados fueran un montón de piedras —expresó Natán—. Y nuestras obras buenas son como plumas. No podemos poner suficientes plumas en la balanza para equilibrar las piedras.

—Entonces, ¿cómo podemos alcanzar el equilibrio? —preguntó Cristián.

—No podemos —aseguró mamá—. Pero Jesús sí puede. Él pagó el castigo por nuestros pecados al morir en la cruz y, sin confiamos en Jesús, Él pone Su bondad en la balanza por nosotros.

Natán sonrió.

—Su bondad hace más que equilibrar la balanza. Derriba nuestros pecados y es como si nunca hubiéramos pecado en absoluto, ¿verdad, mamá?

—¡Sí! —afirmó mamá con una sonrisa.

—Guau —expresó Cristián—. ¡Eso es lo que quiero!

KATHY GUSTAFSON

JESÚS TE OFRECE SU BONDAD

VERSÍCULO CLAVE: ROMANOS 3:23

POR CUANTO TODOS PECARON Y NO ALCANZAN LA GLORIA DE DIOS.

¿Haces cosas buenas para tratar de compensar las cosas malas que has hecho? Nunca puedes hacer suficientes cosas buenas como para equilibrar tu cuenta con Dios. El versículo de hoy se aplica a cualquiera que no sea cristiano… y si nunca has confiado en Jesús para que sea tu Salvador, eso te incluye a ti. Confía en Jesús y recibe Su bondad en lugar de tu pecado. (Haz clic aquí para que conozcas las Buenas Nuevas que Dios tiene para ti).

Clave de Hoy
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