Un puñado de arroz
—Sé que se supone que debemos compartir las Buenas Nuevas de Jesús con la gente dondequiera que estemos, como dijo hoy el pastor Bonifaz —le dijo Benicio a su mamá—. Pero es tan difícil hacerlo en mi clase de la escuela.
—¿Por qué lo dices? —preguntó su madre mientras medía un poco de arroz.
—Bueno, hay treinta niños en mi clase y, hasta lo que sé, Fernando y yo somos los únicos cristianos. ¿Qué podemos hacer solo los dos? —de repente, Benicio comenzó a olfatear el ambiente—. ¿Qué estás cocinando?
—Pollo al curry —respondió mamá.
Benicio frunció el ceño.
—No recuerdo haberlo comido antes. ¿Me gusta?
—Creo que te va a gustar —opinó su madre—. La tía Alicia y el tío Fabio vendrán a almorzar. Vamos a comer pollo al curry con arroz —ella puso el arroz en una olla y agregó agua.
Benicio miró los pequeños granos que estaban en el fondo de la olla.
—¡Ese arroz no será suficiente para todos! —exclamó—. El tío Fabio come mucho y yo también. Y sí sé que me gusta el arroz —el niño tenía hambre y no quería quedarse sin comida.
—Habrá suficiente arroz —le aseguró mamá—. Ya lo verás.
Cuando la madre llamó a Benicio para que viniera a almorzar, él decidió revisar el arroz. Levantó la tapa de la olla y miró adentro.
—¡Guau! —dijo sorprendido—. Sabía que el arroz crecía cuando estaba cocinado, ¡pero no creí que fuera tanto! —Benicio miró a su madre con sospecha—. ¿Agregaste más arroz después que salí?
Mamá sonrió.
—Por supuesto que no. Una pequeña cantidad de arroz puede alimentar a muchas personas.
—Sí, ¡me imagino! —expresó Benicio—. Es como cuando Jesús alimentó a todas esas personas con cinco panes y dos pescados.
—¡No es tanto así! —indicó su madre, riendo—. Pero creo que tú y Fernando pueden ser como el arroz.
—¿Como el arroz? —repitió Benicio—. ¿A qué te refieres?
—Una pequeña cantidad de arroz, después de cocinarlo, llena toda la olla —explicó mamá—. ¿No creen que un par de cristianos, llenos con el Espíritu Santo, pueden alcanzar a toda una clase de niños que necesitan saber que Jesús los ama?
—Oh —señaló Benicio y sonrió—. Sí, yo creo que sí.
TANYA FERDINANDUSZ
DIOS PUEDE USARTE
VERSÍCULO CLAVE: FILIPENSES 4:13
TODO LO PUEDO EN CRISTO QUE ME FORTALECE.
¿A veces piensas que no hay nada que puedas hacer para ayudar a que más personas conozcan de Jesús? ¿Sientes que eres demasiado pequeño, joven, tímido o simplemente eres la minoría, y por eso no puedes marcar la diferencia? Recuerda, si Jesús puso usar el almuerzo de un niño con cinco panes y dos pescados pequeños para alimentar a más de cinco mil personas, también puede usar a más niños hoy en día para alcanzar a las personas con las Buenas Nuevas del evangelio. Confía en que el Señor te ayudará a alcanzar a otros y a compartir Su amor con los demás.
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