Una respuesta honesta

Coralina agarró su mochila y su lonchera y salió corriendo por la puerta. Al subirse al autobús, pensó en la bolsa de papitas que su madre había empacado para ella. Era su bocadillo favorito para el recreo de la mañana.

Cuando terminó la clase de matemáticas, Coralina tomó sus papitas y deambuló por el patio. Ella y su amiga, Emiliana encontraron un par de columpios vacíos en los que se sentaron para conversar y reír.

Un momento más tarde, otra niña se acercó, seguida por tres niños de su clase que siempre estaban con ella. Jena se arregló el cabello y caminó directamente hacia Coralina.

—Dame un poco de papitas —demandó.

Coralina pensó en cómo Jena normalmente la ignoraba, a menos que tuviera algo que ella quisiera. No le gustaba la forma en que Jena insistía en tener un poco de sus papitas.

—No —respondió con firmeza.

Jena se enfadó.

—¡Qué mala! —gritó, antes de alejarse dando pisotones. Los niños la siguieron.

Más tarde, ese mismo día, Coralina le mencionó lo ocurrido a su mamá mientras lavaban los platos.

—¿Crees que hice lo correcto? —le preguntó la niña. Se preguntaba si en realidad había sido mala, como Jena la había acusado.

—Bueno, sabemos que Dios quiere que compartamos con las personas que tienen necesidades. Pero no me parece que Jena sea necesitada. Parece que estaba exigiendo que le dieras algo que ella quería —la madre le pasó una toalla—. Hija, tú sabes que, como hijos de Dios, debemos demostrar Su amor a los demás.

—Sí, mamá, lo sé. Pero no estoy segura de haber hecho lo que Dios quería hoy con Jena.

—Jesús nos da dirección en la Biblia sobre cómo debemos responder a otros y mantener nuestra palabra —explicó mamá—. Él nos dice que nuestro «sí» debe significar «sí» y nuestro «no» debe significar «no».

—Entonces, ¿deberíamos ser honestos cuando contestamos? —preguntó Coralina.

—Así es. Dios nos da libertad para decir no. Cuando necesitábamos que Él nos salvara del pecado, nos demostró Su amor al responder sí y al enviarnos a Jesús. Pero eso no significa que Jesús siempre dé a las personas todo lo que quieren, y nosotros tampoco tenemos que hacerlo. Algunas veces, dar una respuesta honesta negativa es lo mejor que podemos hacer.

Coralina asintió.

—La próxima vez que lleve papitas para el recreo, tal vez comparta con Jena. Pero si le digo que sí, prometo que lo haré de corazón.

ALLISON WILSON LEE

DA UNA RESPUESTA HONESTA

VERSÍCULO CLAVE: MATEO 5:37 (NVI)

CUANDO USTEDES DIGAN “SÍ”, QUE SEA REALMENTE SÍ; Y, CUANDO DIGAN “NO”, QUE SEA NO”. 

¿Alguna vez has sentido la presión de decir que sí cuando alguien te pide algo, solo por caerle bien? La Biblia dice que Jesús es la respuesta honesta de Dios que nos dice que sí, y Él quiere que nosotros, como Sus hijos, demostremos Su amor a los demás al contestar honestamente y guardar nuestra palabra. Si decimos que sí, deberíamos cumplirlo. A veces la mejor opción es responder con un no. Confía en que Dios te ayudará a saber cuál es la respuesta correcta en cada situación, para que puedas contestar honestamente.