Lo que merezco
—No es justo —se quejó Catarina mientras daba pisotones para acercarse al escritorio de su maestra—. No tengo ninguna respuesta equivocada a estos problemas, pero usted me puso un 8 en lugar de un 10.
—No demostraste tu trabajo —respondió pacientemente la señora Castillo—. Eso era parte de la tarea. Les dije que tenían que demostrarme cómo sacaron las respuestas o no recibirían la calificación completa.
—Pero en mi última tarea tampoco demostré el trabajo y no me puso una nota más baja —alegó Catarina.
—Eso es verdad, pero no puedo seguir siendo tan permisiva —explicó la señora Castillo—. Yo les advertí sobre eso.
Catalina resopló.
—Pero yo merezco… —el timbre de la escuela la interrumpió.
—Será mejor que des prisa, o llegarás tarde a tu próxima clase —sugirió la señora Castillo.
Esa noche, durante la cena, Catarina le contó a su padre de su conversación con la señora Castillo.
—Yo merecía sacar un 10, igual que en mi tarea anterior.
—No estoy de acuerdo —dijo papá con delicadeza—. Tú sabías cuál sería el castigo si no mostrabas tu trabajo. Lo que realmente merecías era perder puntos en ambas tareas. Deberías estar agradecida porque la señora Castillo te mostró gracia la primera vez.
Catarina se veía molesta, pero no tenía una respuesta para esas palabras. Durante el devocional, el padre leyó algunos versículos del Salmo 103. Cuando terminó, declaró:
—Esto me recuerda a tu problema con la señora Castillo, hija.
—¿A qué te refieres, papá? —preguntó Catarina.
—La Biblia dice claramente que todos somos pecadores y merecemos la muerte y la separación eterna de Dios —aseguró su padre—. Pero escucha nuevamente lo que dice el versículo 10: «No nos ha tratado según nuestros pecados, ni nos ha pagado conforme a nuestras iniquidades». Los cristianos pasaremos la eternidad en el cielo, con Jesús, no porque lo merezcamos, sino por la misericordia de Dios. Del mismo modo que la señora Castillo no te quitó los puntos en tu primera tarea, a pesar de que no seguiste las instrucciones de mostrar tu trabajo, Dios no condena a quienes confían en Jesús como su Salvador. En lugar de eso, el Señor nos muestra gracia y perdón para todas nuestras ofensas —papá cerró su Biblia—. Oremos y demos gracias a Dios por Su regalo de la vida eterna.
—Y por no darnos lo que merecemos —agregó Catarina.
PHILIP J. ANDERSON
DIOS NOS OFRECE UNA GRACIA INMERECIDA
VERSÍCULO CLAVE: SALMO 103:10 (NTV)
NO NOS CASTIGA POR TODOS NUESTROS PECADOS; NO NOS TRATA CON LA SEVERIDAD QUE MERECEMOS.
¿Crees que mereces ir al cielo? Si crees que sí, ¡estás en un error! La Biblia dice que todos somos pecadores, que merecemos la muerte por pecar en contra de Dios. Pero debido a Su misericordia y gracia, Jesús tomó el castigo por nuestros pecados cuando murió en la cruz, y si confías en Él, Dios no te dará lo que mereces. En lugar de eso, te dará el regalo de la vida eterna. (Haz clic aquí para que conozcas las Buenas Nuevas que Dios tiene para ti).
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