Semillas dispersas

Isabella se sentó en el pasto y observó cómo su abuela se preparaba para un picnic familiar en el patio trasero de su casa.

—Abuelita, ¿qué debo hacer cuando oigo algo sobre otra persona y mis amigas me preguntan por ella? —preguntó la niña mientras arrancaba un diente de león—. ¿Debo contarles lo que oí?

La abuela extendió un mantel de cuadros rojos con blancos sobre la mesa.

—Eso depende —respondió—. ¿Lo que te contaron era verdad? ¿Puede hacerle daño a esa persona? ¿Es algo que ella quisiera que los demás se enteren?

Isabella arrancó con cuidado un diente de león con las semillas listas. Sopló con fuerza el círculo blanco y esponjoso, y las semillas salieron volando en todas las direcciones. Entonces cayeron en el pasto como paracaídas diminutos.

—Repetir cosas malas sobre otras personas se llama chisme —continuó la abuela, mirando el tallo del diente de león que sostenía su nieta—. ¿Qué tal si recoges todas las semillas que acabas de dispersar?

Isabella se quedó sorprendida.

—¡Abuelita, eso es imposible! El viento sopló las semillas por todos lados. No podría recuperarlas nunca.

Su abuela asintió.

—Eso sucede también con los chismes. Alguien te dice algo. Tú se lo cuentas a alguien que lo repite a otra persona más, que se lo cuenta a alguien… y así sucesivamente. Es como si el viento se llevara ese rumor en todas las direcciones. Los chismes pueden dispersarse rápidamente y es imposible controlarlos.

Isabella retorció el tallo del diente de león en sus dedos.

—Entonces supongo que no debería decir a nadie lo que oí.

—A menos que sea algo que un adulto debe saber, creo que tienes razón —afirmó la abuela mientras ponía los tenedores y las servilletas en la mesa—. El chisme hace daño e incluso puede romper amistades. En lugar de repetir cosas desagradables que oímos sobre otras personas, debemos confiar en que Jesús nos ayudará a ser el tipo de amigo que Él es. En vez de dispersar rumores, podemos dispersar Su amor y bondad en la forma en la que hablamos de los demás.

Isabella asintió con una sonrisa.

—Está bien. ¡Cortaré de raíz esos rumores!

La niña se levantó y ayudó a su abuela a poner la mesa.

JACQUELINE J. LEAYCRAFT

EL CHISME HACE DAÑO A OTROS

VERSÍCULO CLAVE: EFESIOS 4:29 (NTV)

QUE TODO LO QUE DIGAN SEA BUENO Y ÚTIL, A FIN DE QUE SUS PALABRAS RESULTEN DE ESTÍMULO PARA QUIENES LAS OIGAN.

¿Repites cosas desagradables que oyes sobre otras personas? Puede que parezca algo inofensivo, pero las palabras que dices no pueden regresar. Si es algo que un adulto debería saber, conversa con uno de tus padres o algún maestro. Pero no digas chismes sobre la gente. Jesús ama a estas personas, tal como te ama a ti. Confía en que Él te ayudará a decir solo cosas buenas y útiles sobre los demás, para que puedan oír Su amor en tus palabras.