Fuera del tubo
«Tengo que irme», le escribió Iván a su amigo Sergio después de ayudarlo con una pregunta sobre la tarea. «Estoy cuidando a Alejandro y tengo que ver si ya terminó su bocadillo». Iván dejó a un lado su celular y regresó a la cocina, pero su hermanito ya no estaba ahí.
—Alejandro, ¿dónde estás? —le llamó el niño.
—Estoy aquí —la respuesta del pequeño se oyó desde el baño.
Iván corrió y al llegar se encontró con que había pasta de dientes por todos lados. El hermano menor estaba parado en un taburete, tratando de volver a meter la pasta en el tubo.
—¡Alejandro! —Iván le quitó el tubo a su hermanito—. No puedes volver a meter la pasta de dientes en el tubo. Cuando ya salió, se queda afuera. ¡No seas tan bobo!
Alejandro se puso a llorar.
—Soy un menso —lloriqueó—. ¡Soy un bobo!
Cuando Iván vio lo alterado que se puso su hermano menor, deseó no haber sido tan severo.
—No, Alejandro, no eres eso. Solo tienes que aprender algunas cosas.
—Pero tú me dijiste…
Iván despeinó cariñosamente a su hermano.
—Olvídalo. No debí decirlo. Perdóname.
Cuando mamá y papá regresaron a casa, preguntaron cómo les había ido durante su ausencia.
—Soy un bobo —gimió Alejandro.
—No, eso no es verdad —señaló Iván rápidamente. Sabía que tendría que explicar lo que había ocurrido—. Tuvimos una… una explosión de pasta dental, eso es todo —comentó, y les contó a sus padres lo que pasó.
—Y soy un bobo —respondió Alejandro—. Iván me lo dijo.
—Ya te dije que no —respondió el hermano mayor—. Ya te pedí perdón por lo que te dije.
—Alejandro, no debes jugar con la pasta de dientes —indicó papá—, pero, Iván, tenías que haber vigilado mejor a tu hermano. Y parece que ya te diste cuenta que dejaste salir palabras muy hirientes de tu boca.
—Sí, y en verdad lo siento… ¡Quisiera que Alejandro me creyera!
—Las palabras son como la pasta dental que sale cuando alguien aprieta el tubo… no puedes volverlas a meter —explicó su madre—. Solo puedes limpiar el desastre con el perdón. Sé que Alejandro te perdonará cuando entienda que lamentas mucho haberlo herido. Pero hay alguien que siempre está listo para perdonar y que te ayudará a decir palabras amorosas en lugar de hirientes.
—Te refieres a Jesús, ¿verdad? —Iván suspiró—. Tengo que pedirle al Señor que limpie este desastre que causé.
LINDA WEDDLE
HABLA CON BONDAD
VERSÍCULO CLAVE: COLOSENSES 4:6
QUE SU CONVERSACIÓN SEA SIEMPRE CON GRACIA.
¿Te parece que muchas veces dices palabras hirientes cuando te enojas? ¿Regañas o haces comentarios crueles a tus hermanos? ¿Dices en broma cosas sin considerar cómo se sentirán las otras personas? Las palabras no pueden ser borradas… solo perdonadas. La Biblia dice que nuestra conversación siempre debe ser «con gracia». En otras palabras, hablemos de tal manera que demostremos a los demás la gracia y el amor de Jesús.
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