¡On ta bebé!
Gerardo se escondió detrás de la manta rosada con rayitas por un par de segundos y luego la dejó caer.
—¡On ta bebé!
La bebé Nora rio y aplaudió con sus manitas gordinflonas. Jugaron así una y otra vez. A Gerardo le encantaba oír reír a su hermanita. El padre de los niños sonrió.
—Le estás enseñando a Nora una lección importante con ese juego.
—¿Yo? —preguntó Gerardo—. ¿Qué le estoy enseñando?
—Le estás enseñando que, a pesar de que no puede verte, igual estás ahí —explicó papá.
Nora empujó la manta en dirección a Gerardo, porque quería jugar otra vez. El niño levantó la frazada y después la dejó caer.
—¡On ta bebé! —exclamó el hermano mayor. La bebé rio.
—También es una buena lección para nosotros —opinó su padre.
—¿A qué te refieres? —preguntó Gerardo.
—¿Recuerdas cuando el abuelo murió? —dijo papá—. ¿Y cuando Max se mudó a otra ciudad?
Gerardo se quedó pensando un minuto. Esos fueron momentos realmente difíciles. Cuando su mejor amigo se mudó y empezó a ir a otra escuela, él se sintió muy solo. Y cuando su abuelo falleció, Gerardo sintió que Dios estaba muy lejos.
—Tal vez tu juego de «On ta bebé» con Nora puede ayudarnos a recordar que, aunque no podamos ver o sentir a Dios, sabemos que Él sigue ahí.
—¿Crees que todos tengan días en los que sienten que Dios no está ahí? —preguntó el niño.
—Sí, creo que sí —aseguró el padre—. En la Biblia, aun el rey David sentía a veces que Dios estaba lejos. En el Salmo 13, Dios le pregunta a Dios: «¿Hasta cuándo esconderás de mí Tu rostro?»
—Parece como mi juego de «on ta bebé» con Nora —comentó Gerardo.
—Así es —afirmó papá—. Después, en el Salmo 145, Dios recuerda lo que es verdad y escribe: «El Señor está cerca de todos los que lo invocan».
—Oh sí —expresó Gerardo—. Es como ahora, Nora recuerda que, aunque no me pueda ver, sigo estando aquí.
El padre asintió.
—Al igual que el rey David, a veces sentimos también que Dios está lejos, pero ese sentimiento no significa que eso sea verdad. Dios envió a Su propio Hijo, Jesús, para morir por nuestros pecados, para que podamos ser Sus hijos, y nunca nos abandonará. El Señor está con nosotros en los momentos buenos y malos, ya sea que lo sintamos o no.
Gerardo sonrió mientras levantaba nuevamente la manta para jugar con su hermana, dejándola caer.
—¡On ta bebé!
KATE RIETEMA
DIOS SIEMPRE ESTÁ CERCA
VERSÍCULO CLAVE: SALMO 145:18
EL SEÑOR ESTÁ CERCA DE TODOS LOS QUE LO INVOCAN.
¿Alguna vez te has sentido solo? ¿O que Dios está realmente lejos? Está bien que te sientas así. Cuando te sientas de ese modo, díselo a Dios, tal como lo hizo el rey David. Después pídele que te ayude a recordar que Él está cerca. El Señor te ama tanto que envió a Jesús para salvarte, y Él sabe lo que estás pasando. Confía en que Dios siempre estará contigo, aun cuando no lo sientas.
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