Simplemente confía
En el momento en que Alana y su mamá se sentaban para almorzar, la puerta se abrió y papá entró. Su ropa y su cara estaban sucias, y su mano tenía una venda. “¿Qué pasó?”, exclamó mamá.
“Los apartamentos cerca de mi fábrica se incendiaron y algunos de nosotros corrimos para ayudar”, contestó el padre. “No es nada serio, estaré bien”, le aseguró, “pero el resto del día me quedaré en la casa y les voy a contar los detalles durante la comida”.
Alana y su mamá escucharon atentamente mientras el papá les contaba sobre el incendio. “Del edificio salía humo y llamas, y vi a una niña pequeña en una ventana abierta en el segundo piso. Estiré mis brazos y le grité: ‘¡Salta! Yo te atrapo, te lo prometo’. Ella estaba llorando, pero solo vaciló por un momento antes de saltar lejos de las llamas, para caer en mis brazos”.
Alana escuchaba con los ojos bien abiertos. “¡Eres un héroe, papá!”, señaló. “Me alegra tanto que la hayas atrapado. ¡Salvaste su vida!”
El papá sonrió. “Me alegra que ella haya confiado en mí y haya saltado, como le dije”.
“A mí también”, indicó Alana. La niña se quedó callada por un momento, antes de volver a hablar. “Es como lo que dijo mi maestra en la iglesia cuando nos enseñó acerca de confiar en Jesús. Ella dice que Jesús nos ama y quiere que nos acerquemos a Él, para que Él nos salve del pecado… así como tú querías que esa niña salte a tus brazos para que pudieras salvarla del incendio. Nunca antes lo había entendido. Creía que había algo más que tenía que hacer para ser salva. Pero creo que ahora ya entiendo. Tengo que confiar en Jesús, tal como esa niña confió en ti”.
El padre le dio a Alana una enorme sonrisa. “¡Qué feliz me hace oírte decir esas palabras!”, afirmó. “Esa es una respuesta a nuestras oraciones”.
Después de asegurarse de que Alana entendiera lo que Jesús hizo por ella, todos inclinaron sus cabezas. Alana habló con Jesús y le pidió perdón. “Gracias por salvarme al morir en la cruz por mi pecado”, dijo al terminar de orar”.
“Y gracias, Señor, por mostrarle a Alana cuánto la amas y todo lo que has hecho por ella”, agregó el padre. “Amén”.– AGNES LIVEZEY
CONFÍA EN JESÚS PARA RECIBIR LA SALVACIÓN
VERSÍCULO CLAVE: HECHOS 16:31
CREE EN EL SEÑOR JESÚS, Y SERÁS SALVO.
¿Sabías que puedes ser salvo o salva de tus pecados en este mismo momento? Jesús te ama y murió por las cosas malas que has cometido, para que puedas ser salvo o salva y tener vida eterna. No hay nada que tengas que hacer, ¡Él ya lo hizo todo! ¡Confía en Él, confía en que Él te salva! (Lee aquí sobre las Buenas Nuevas que Dios tiene para ti).
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