Ya perdonado
Adrián estaba molesto, así que enterró la cara en su almohada. No oyó a nadie entrar en su habitación, pero un toque delicado le hizo levantar la mirada para ver a su madre.
—¿Qué pasa, hijito? —preguntó mientras se sentaba a su lado—. ¿Tienes algún problema? ¿Te puedo ayudar en algo?
Adrián vaciló. Realmente no le quería contar a su madre lo que le estaba molestando.
—Yo… le mentó a Elí y ahora no me quiere hablar —balbuceó al fin—. Él sabe que mentí.
—¿Por qué lo hiciste? —preguntó su madre con delicadeza.
—No sé —lloriqueó Adrián—. Le pedí perdón pero me parece que no me cree. Y no lo culpo.
—¿En verdad estás arrepentido? —preguntó mamá. Adrián respondió que sí con la cabeza—. Entonces dale tiempo a tu amigo para que te perdone y esperemos que también aprenda nuevamente a confiar en ti —sugirió la madre.
—Creo que nunca me volverá a creer —opinó Adrián con tristeza.
Mamá pensó un minuto.
—Hijo, ¿recuerdas cuando tu papá los cargaba a ti y a tu hermana cuando eran pequeños? ¿Y ustedes decían que estaban cabalgando? —Adrián asintió, preguntándose por qué su madre estaba hablando de eso—. Te parecía lo más divertido hasta que un día te resbalaste y te golpeaste la cabeza en una silla —explicó mamá—. Después de eso, te tomó un tiempo volver a confiar lo suficiente en él para volver a intentarlo.
—¡Pero finalmente lo hizo! —exclamó Adrián. Le parecía entender lo que su madre le quería decir.
—Por supuesto, y estoy segura de que Elí también volverá a confiar en ti —aseguró la madre. Ella dio palmaditas en la espalda de su hijo—. Cuando le mientes a una persona, le tomará tiempo volver a creerte otra vez, pero déjame decirte algo maravilloso —su madre sonrió—. Cuando confiesas tu pecado a Dios, Él te perdona en seguida. El Señor no toma en cuenta nuestras ofensas porque Jesús ya tomó el casito por nuestro pecado cuando murió en la cruz. Puede que todavía haya consecuencias por lo que hiciste, por ejemplo, que tu amigo no quiera hablarte por un tiempo, pero créele a Dios cuando dice que te perdona. Sin embargo, Elí necesita tiempo para superar lo que pasó. Mientras tanto, sé un buen amigo y ayúdale para que aprenda a confiar en ti. ¿Puedes hacerlo?
Adrián asintió.
—¡Seré el mejor de los amigos!
VERONICA R. GUERRIERO
DIOS ESTÁ LISTO PARA PERDONAR
VERSÍCULO CLAVE: SALMO 86:5
PUES TÚ, SEÑOR, ERES BUENO Y PERDONADOR, ABUNDANTE EN MISERICORDIA PARA CON TODOS LOS QUE TE INVOCAN.
¿Alguna vez has sentido que nunca recibirías el perdón por algo que hiciste? A veces toma tiempo que las personas te perdonen y, aunque lo hiciera, puede tomarles más tiempo aún volver a confiar en ti. Pero si confiesas tu pecado a Dios, Él te perdonará en seguida. Eso no significa que no sufrirás las consecuencias por lo que hiciste, pero Dios te perdonará. Confía en que Él te ayudará también a arreglar tu relación con los demás.
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