Falta la carne
—¡Hola, tía Julia! —saludó Victoria cuando sus tíos llegaron para la cena de Nochebuena—. Hola, tío Pepe.
—Hola, chiquilla —respondió el tío mientras la tía Julia abrazaba a su sobrina.
—Hemos pasado ocupados todo el día, envolviendo regalos y horneando golosinas, así que casi llegamos tarde —explicó con alegría la tía Julia, mientras se dirigía a la cocina con una bandeja llena de cosas ricas—. La Navidad es una época tan ocupada, ¡pero me encanta!
El tío Pepe le guiñó el ojo a Victoria y le entregó los regalos para que los pusiera bajo el árbol de Navidad.
—A tu tía le gusta que cada detalle sea perfecto —dijo con una sonrisa.
La mesa para la cena estaba llena de comida deliciosa y, después que su papá dio gracias a Dios, Victoria se sirvió de varios platos.
—¡Qué delicia! —exclamó después probar un par de bocados—. Ahora quisiera una patita—la niña observó la mesa—. Creí que este año íbamos a comer pavo. ¿No pusiste uno en el horno, mamá?
Sobresaltada, mamá miró fijamente la mesa.
—¡El pavo! —gritó. Ella fue corriendo a la cocina y regresó con un enorme plato de carne—. Es la parte principal de la comida… no sé cómo pude olvidarlo —comentó su madre, sonriendo tímidamente. Victoria rio.
Después que todos disfrutaron de la cena, el tío Pepe se estiró.
—Esa sí que fue una buena comida —declaró—. ¡Me alegra que alguien se haya acordado del pavo! No hubiera sido lo mismo sin él.
—Hubiera sido como una Navidad sin Cristo —opinó papá—. Es fácil que estemos distraídos con nuestra celebración navideña, sin poner atención a Jesús o a la razón por la que Él vino, para hacerse uno de nosotros, de modo que pudiéramos ser salvos. La pasamos muy bien en las fiestas o intercambiando regalos, pero sin Jesús, nos falta la carne.
El tío Pepe y la tía Julia se miraron el uno al otro.
—Temo que a veces somos culpables de eso —confesó el tío Pepe.
—Sí —afirmó la tía Julia—. Esta mañana, por ejemplo, estábamos tan ocupados preparándonos para venir. Pero esta maravillosa cena no es la mejor parte de la Navidad. Tampoco los regalos que abriremos pronto.
Todas las cabezas asintieron. Después se acomodaron para escuchar a papá leer la historia de la Navidad. Victoria sonrió mientras escuchaba, y pensó: «Jesús es en verdad lo mejor de la Navidad».
SHERRY L. KUYT
JESÚS ES LA MEJOR PARTE DE LA NAVIDAD
VERSÍCULO CLAVE: 1 JUAN 4:14
EL PADRE ENVIÓ AL HIJO PARA SER EL SALVADOR DEL MUNDO.
¿Has olvidado la carne, es decir, la parte principal de la Navidad? ¿Has participado tan activamente en dar regalos y otras actividades navideñas, que te has olvidado de Jesucristo, el regalo más grande que Dios ha dado al mundo? Es cierto que esas cosas son divertidas, pero ninguna es tan asombrosa como el hecho que Jesús haya venido a la tierra para ser tu Salvador. No te pierdas de la mejor parte de la Navidad: el regalo del Hijo de Dios, Jesús.
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