Chocolate amargo
Silas entró en la cocina y vio un montón de cosas en el mesón: harina, azúcar, huevos y una enorme barra de chocolate que se veía deliciosa. Al ver el chocolate, sus ojos se abrieron de la emoción. «Estoy seguro de que mamá no se molestará si pruebo un poco», pensó. Así que el niño tomó la barra, rompió un pedazo y se lo puso en la boca.
Inmediatamente retorció la cara.
—¡Guácala! —exclamó, tomando una servilleta para escupir el chocolate, justo en el momento que entró su madre. Cuando ella vio lo que Silas había hecho, sonrió irónicamente—. ¡Esa barra está asquerosa! ¿Qué es? —preguntó el niño después de limpiarse la boca con la servilleta—. ¡Parece chocolate, pero no lo es!
—De hecho, es chocolate, pero es para hornear, no es un dulce —explicó mamá—. Tiene un sabor amargo porque no tiene azúcar como las golosinas.
—Bueno, ¡tiene un sabor horrible! No vas a poner esa cosa en tu pastel, ¿o sí?
—Cuando hago pastel de chocolate, sí. Pero también agrego azúcar, huevos y otras cosas. Cuando lo mezclo todo, tiene un sabor delicioso. Sí te gusta mi pastel, ¿verdad?
—¡Sí, pero no tenía idea de que el pastel de chocolate estaba hecho con ingredientes tan desagradables como ese! —opinó Silas.
Su madre rio.
—Recuerdo que una vez probé chocolate amargo cuando era niña. Mi mamá aprovechó la experiencia para ayudarme a entender la forma en que Dios trabaja en nuestras vidas. Ella señaló que, cuando un pastelero mezcla el chocolate amargo con otros ingredientes, el resultado es algo bueno. Es parecido a lo que Dios hace con nosotros. Él toma todas las cosas que nos suceden y hace que todas cooperen para nuestro bien.
—Entonces, ¿aunque no nos guste todo lo que nos pasa, sabemos que Dios lo usará para algo bueno? —preguntó Silas.
—Exactamente. A pesar de que algunas cosas que vivimos son muy difíciles y dolorosas, Dios puede usarlas para ayudarnos a crecer en nuestra relación con Jesús. Como Él se hizo humano, sufrió y murió para salvarnos, así que Jesús entiende las cosas difíciles que vivimos y promete que nos ayudará a salir de ellas y las usará para el bien.
Silas sonrió.
—¡Lo recordaré cada vez que coma pastel de chocolate!
HOLLY F. CEPEDA
DIOS HACE QUE TODO COOPERE PARA TU BIEN
VERSÍCULO CLAVE: ROMANOS 8:28 (NBV)
SABEMOS QUE SI AMAMOS A DIOS, ÉL HACE QUE TODO LO QUE NOS SUCEDA SEA PARA NUESTRO BIEN.
¿Te has preguntado por qué Dios permite que sucedan cosas malas? Las recetas tienen todo tipo de ingredientes para lograr un producto delicioso, y Dios permite que vengan muchas experiencias diferentes en tu vida. Él las combina para hacer algo bueno en ti, así que confía en Su sabiduría y Su bondad cuando pases por la enfermedad y la salud, la alegría y el sufrimiento, la comodidad y las dificultades, el sol y la lluvia. Dios te ama y hace que todo lo que te suceda coopere para tu bien.
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