Curso de primeros auxilios
En el camino a su casa desde la escuela, Coralina vio cómo la señora Checa se tropezó con el borde de la vereda y cayó. Rápidamente corrió para ver si su anciana vecina estaba bien.
La señora Checa estaba tratando de levantarse cuando Coralina la alcanzó, pero se notaba que tenía mucho dolor. “Es mi espalda”, dijo la señora Checa. “Espero no haberme roto la columna”.
“No se mueva”, indicó Coralina. “Podría hacerse más daño. Llamaré al 911”.
La señora checa puso una débil sonrisa mientras la niña sacaba su teléfono celular. “Muchas gracias, Coralina. Tal parece que sabes lo que tienes que hacer”. La ambulancia llegó pocos minutos después y los paramédicos levantaron con cuidado a la anciana para meterla en el vehículo.
Al día siguiente, en la iglesia, Coralina contó el incidente a sus compañeros de la escuela dominical. “Me alegra que tomé el curso de primeros auxilios el verano pasado”, aseguró. “Sabía que debía hacer que la señora Checa se quedara quieta para no empeorar su situación”.
El señor Oñate, su maestro, asintió. “Es bueno cuando sabemos qué hacer en las emergencias”. Él sonrió a sus alumnos. “Nosotros también deberíamos estar preparados para ofrecer ayuda espiritual a las personas que se cruzan en nuestro camino”.
“Lo que quiere decir es que debemos saber cómo decirles a otras personas la forma en que pueden ser salvas, ¿verdad?”, preguntó uno de los niños.
“Algunos de mis amigos no son cristianos”, comentó otro, “pero no sé qué puedo decirles ni cómo hablarles sobre Jesús”.
“Bueno, véanlo de este modo”, señaló el señor Oñate. “De cierta manera, venir a la iglesia es como el curso de primeros auxilios que tomó Coralina. Es donde aprendemos sobre Jesús y lo que Él hizo para salvarnos. Cuando aprendemos más sobre Jesús a través de la Biblia, estaremos preparados para hablar a otros sobre Él. Al igual que Coralina usó su entrenamiento en primeros auxilios para ayudar a su vecina, ustedes pueden ayudar a otros a conocer más sobre Jesús al compartir lo que han aprendido en la iglesia”.
“¿Y si metemos la pata?”, preguntó Coralina.
“Confíen en que Dios les dará las palabras precisas”, declaró el señor Oñate. “Y recuerden que Él es quien obra en el corazón de las otras personas para que sepan que lo que dice la Biblia es verdad. Solo debemos estar dispuestos a compartir lo que sabemos sobre Jesús, y Dios hará el resto”. — RUTH I. JAY
PREPÁRATE PARA HABLAR A OTROS DE JESÚS
VERSÍCULO CLAVE: 1 PEDRO 3:15 (NTV)
ADOREN A CRISTO COMO EL SEÑOR DE SU VIDA. SI ALGUIEN LES PREGUNTA ACERCA DE LA ESPERANZA QUE TIENEN COMO CREYENTES, ESTÉN SIEMPRE PREPARADOS PARA DAR UNA EXPLICACIÓN.
¿Tienes miedo de no saber qué decir si tratas de hablarles a tus amigos sobre Jesús? Será más fácil si te has preparado regularmente al leer tu Biblia y memorizar versículos. Escucha con cuidado las enseñanzas en la iglesia y haz preguntas si hay algo que no entiendes. Luego cuéntales a otros lo que Jesús ha hecho por ti, y confía en que Dios usará tu testimonio para que más personas Lo conozcan.
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