Un cristiano que crece
“¡Estás creciendo como hierba mala!” La mamá de Leandro tenía la cinta métrica en mano. Acababa de revisar cuánto había crecido su hijo desde la última vez que lo midieron. “Casi seis centímetros”, anunció.
“¡Guau!” Leandro estaba impresionado consigo mismo. “Oye, mamá, ¿qué hace crecer a un niño?”
“Bueno, es importante tener una dieta saludable, buen ejercicio y descanso suficiente”, explicó su madre. “Por supuesto, la verdad es que Dios es quien nos da la vida y ha hecho nuestros cuerpos para que crezcan”.
“Me gustaría ser tan alto como mi papá”, afirmó Leandro.
“Algún día podrías ser incluso más alto”, contestó mamá con una sonrisa. “A veces los hijos crecen más alto que sus padres. Pero si no llegas a ser tan alto, también estará bien”.
“Guillermo dice que él se cuelga de los brazos en una barra todos los días, porque tiene la esperanza de hacerse más alto”, le contó Leandro. “Creo que con eso solo terminará con brazos largos”.
Su madre rio. “Probablemente solo terminará con brazos adoloridos. Como te expliqué hace un rato, no es tan importante cuán alto seas, porque de todos modos no hay mucho que puedas hacer al respecto”. Mamá hizo una pausa y acarició el brazo de su hijo. “Pero hay un tipo de crecimiento por el que sí puedes hacer algo al respecto”.
“¿Cuál crecimiento es ese?”, preguntó Leandro, emocionado.
“Es tu crecimiento espiritual. Los alimentos que comes te ayudan a crecer físicamente, y la Biblia es como el alimento que te ayuda a crecer espiritualmente”, respondió su madre.
“Oh, claro”. Leandro asintió. “En la iglesia aprendimos un versículo que dice que la Biblia es como leche”.
“Sí, ese versículo está en Primera de Pedro. Dice que debemos anhelar la ‘leche de la Palabra’ y, como dijiste, se refiere a la Biblia. Cuando la leemos y aprendemos más sobre Jesús, el Espíritu Santo la usa para ayudarnos a crecer espiritualmente y mostrar Su amor a los demás”.
“Mi maestra en la iglesia dice que un bebé recién nacido es lindo, pero si nunca crece, algo anda mal”, comentó Leandro. “Nos dijo que es lo mismo con los cristianos. Debemos seguir creciendo con el paso de los meses y años”.
“Así es”, afirmó mamá. “Y una de las maneras en que Dios nos ayuda a crecer es haciéndonos entender quién es Él y lo que Él ha hecho por nosotros, a través de Su Palabra”. La madre se acercó a la mesa de la sala y tomó su Biblia. “¿Qué te parece si leemos algunos versículos en este momento?” —HARLIE VANDERMEER
CRECE ESPIRITUALMENTE
VERSÍCULO CLAVE: 1 PEDRO 2:2
DESEEN COMO NIÑOS RECIÉN NACIDOS, LA LECHE PURA DE LA PALABRA, PARA QUE POR ELLA CREZCAN PARA SALVACIÓN.
¿Eres un cristiano que crece? ¿Sabes más sobre Jesús de lo que sabías hace un año? ¿Confías en Él más que antes? ¿Tienes más contentamiento, más amor, eres más amable y un dador más alegre? Asegúrate de leer y aprender todo lo que puedas de la Palabra de Dios, la Biblia. Cuando aprendas más sobre Jesús y Su gran amor por ti, Dios lo usará para ayudarte a crecer espiritualmente.
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