¡Hay un acosador en mi casa!
El momento en que vio cómo la pelota de baloncesto rodaba desde la cancha cercana, Boris Hidalgo la agarró, la pateó por encima de la cerca y se fue. “¡Bum!”, les gritó a Jorge y a los demás jugadores. “¡Juego ridículo para borregos ridículos!”
Cuando finalmente se terminó la escuela ese día, Jorge se dirigió a su casa, agradecido porque empezaba el fin de semana. “Dos días sin Boris”, se dijo a sí mismo. Normalmente a Jorge le gustaba la escuela, pero desde que transfirieron a Boris, las clases se habían convertido en una pesadilla. Había rumores de que Boris había sido expulsado de su anterior escuela por haber metido la cabeza de un niño en el excusado. Todos creyeron los rumores, a pesar de que, cuando había adultos cerca, Boris era perfecto.
Cuando Jorge llegó a su casa, se dirigió a la cocina para tomar un bocadillo.
“Hola, hijo”, saludó su mamá. “Este fin de semana se quedará con nosotros un invitado… alguien de tu escuela”.
“Aquí vamos otra vez”, pensó el niño. “Siempre ayudando a alguien que está ‘en riesgo’”.
“¿Quién es?”, preguntó Jorge.
“Su apellido es Hidalgo”.
“¿Hidalgo? ¿Boris Hidalgo? ¡No, mamá! Él es terrible. Es iracundo, cruel y se burla de todos. Hoy avergonzó a Luisa porque señaló su almuerzo y fingió que vomitaba. Le dijo: ‘¿En serio comes esa porquería barata? ¡Eso es para pobres!’”
La madre suspiró. “Hijo, Boris tiene muchos problemas. Su mamá falleció el año pasado. A raíz de eso, su papá empezó a tomar y acaban de arrestarlo por andar borracho en público. Boris no puede quedarse solo, así que nuestro pastor nos pidió ayuda. No tienen que ser mejores amigos. Solo pórtense civilizados”.
Los dos días siguientes, Jorge y Boris se ignoraron el uno al otro.
El domingo, la familia de Jorge llevó a Boris a la iglesia. Jorge escuchó al pastor que enseñaba sobre cómo Jesús murió por los pecados del mundo y cómo mostrar a los demás el amor de Dios. Se estremeció cuando el pastor leyó Romanos 12:17-18: “Nunca paguen a nadie mal por mal… Si es posible, en cuanto de ustedes dependa, estén en paz con todos los hombres”. “¿Eso incluye a Boris?”, se preguntó Jorge. Pero esas palabras se le quedaron grabadas en la cabeza. “Jesús murió también por Boris”, pensó.
Más tarde, cuando tomó su pelota de baloncesto para ir al parque, Jorge se detuvo, se dio vuelta y dijo: “¿Quieres ir a lanzar la pelota al aro?”
Boris se encogió de hombros, pero le siguió. Sin decir otra palabra, lanzaron la pelota al aro hasta que se puso el sol. “Es un comienzo”, afirmó Jorge para sí. — TERESA AMBORD
AMA A TUS ENEMIGOS
VERSÍCULO CLAVE: MATEO 5:44-45(NTV)
PERO YO [JESÚS] DIGO: ¡AMA A TUS ENEMIGOS! ¡ORA POR LOS QUE TE PERSIGUEN! DE ESA MANERA, ESTARÁS ACTUANDO COMO VERDADERO HIJO DE TU PADRE QUE ESTÁ EN EL CIELO.
¿Muestras el amor de Dios a todos, incluso a los que se portan mal contigo? No es fácil, pero Jesús nos dice que amemos a todos, incluso a nuestros enemigos, porque Él nos amó lo suficiente como para morir por nuestros pecados. Eso no significa que permitas que la gente te haga daño, por eso es importante que le cuentes a un adulto si eres víctima de acoso escolar o violencia. Pero no pagues mal por mal, en vez de eso, ora por esas personas y demuéstrales el amor que Jesús te ha mostrado.
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