Siéntete especial
El corazón de Tomás se sentía cargado mientras arrastraba los pies por la calle. “Tal vez debería escaparme”, pensó. “Apuesto a que nadie se dará cuenta de que me fui”.
Últimamente Tomás se había sentido ignorado en su familia. Cuando su hermano mayor hacía una carrera en el partido de béisbol o sacaba una buena calificación en su libreta, mamá y papá lo celebraban en grande. Pero cuando Tomás hacía algo especial, parecía que sus padres solo sonreían y decían algo como: “Recuerdo cuando tu hermano hizo lo mismo hace dos años”.
La hermana menor de Tomás recibía aún más atención. Todos en la familia, incluyendo sus abuelos, siempre comentaban sobre lo linda que se veía y se reían de las cosas graciosas que decía.
Tomás suspiró. “Pero nadie piensa jamás que haya algo especial en mí. Solo estoy… ahí”.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por alguien que lloraba. El niño levantó la mirada y vio un niño pequeño en su bicicleta. “¿Qué sucede?”, preguntó Tomás.
“Estoy a… atrapado”, respondió el chiquitín entre lágrimas.
Tomás vio que el pantalón del niño se había quedado atorado en la cadena de la bicicleta. “Una vez también me quedé atrapado así”, le contó Tomás mientras se arrodillaba para ver mejor. “Creo que puedo ayudarte”. Con mucho cuidado, hizo maniobras con la cadena y la tela. “¡Listo!”, exclamó.
“¡Oh, gracias!”, expresó el pequeño con un tono de alivio. El niño miró a Tomás con admiración. “¡Eres genial!”
Tomás se sintió mejor al retomar su camino. Las palabras del niño le recordaron algo que había dicho su maestra en la iglesia. “¡Dios cree que eres genial!”, les dijo a sus alumnos. “No hay nada que puedas hacer para ganarte Su amor, Él ya te ama por quién eres. Jesús murió en la cruz y resucitó para que puedas ser parte de Su familia. A pesar de que Dios nos ayuda a hacer cosas buenas para Él, esa no es la razón por la que nos ama. Nos ama porque somos Sus hijos. Eres muy especial para Él”.
“Dios me ama porque soy Su hijo”, pensó Tomás. Entonces recordó algo que su mamá le dijo cuando él se puso triste por una mala calificación. “Y por eso papá y mamá me aman también, porque soy su hijo, no por lo que yo haga”.
Con una sonrisa, Tomás dio un giro y empezó a caminar hacia su casa, de regreso con su amorosa familia. — CAROLYN E. YOST
ERES IMPORTANTE PARA DIOS
VERSÍCULO CLAVE: SOFONÍAS 3:17
EL SEÑOR TU DIOS ESTÁ EN MEDIO DE TI, GUERRERO VICTORIOSO; SE GOZARÁ EN TI CON ALEGRÍA, EN SU AMOR… SE REGOCIJARÁ POR TI CON CANTOS DE JÚBILO.
¿Alguna vez has sentido que tu familia te ignora? ¿Te ha parecido que los logros de otros miembros de tu familia opacan los tuyos? Eres importante para otras personas, y especialmente para Dios. De hecho, eres tan importante para Él que envió a Su Hijo a morir por ti, para que pudieras llegar a ser parte de Su familia. Dios se deleita en cada uno de Sus hijos, no por lo que hagas, sino por quién eres. Eres muy especial para Dios.
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